
Nueva Delhi. AFP. Por su audacia, sus objetivos y su carácter antioccidental, los ataques que ensangrentan el corazón de la capital económica, Bombay, suponen un giro del terrorismo en India, según los expertos, algunos de los cuales ven la marca de al-Qaeda.
Los asaltantes, unos 25, fuertemente armados, atacaron lugares emblemáticos como el mítico hotel Taj Mahal, símbolo de la metrópolis cosmopolita, un afamado restaurante, la principal estación de tren y un hospital para mujeres y niños, entre otros sitios.
Más de 155 personas murieron en esos ataques y varias decenas continuaban retenidas anoche, entre ellas británicos, estadounidenses e israelíes, que aparentemente eran uno de los objetivos principales de los asaltantes.
“Este ataque es una respuesta a las relaciones mantenidas por India con Gran Bretaña, Estados Unidos e Israel”, aseguró Amit Chanda, experto indio en cuestiones de seguridad, en referencia a la decisión deliberada de los asaltantes de “seleccionar” a los rehenes extranjeros. Israel es el segundo proveedor de armas de India, recordó el experto. Para Chanda, “por su audacia y su descaro, este ataque se recordará como el 11 de septiembre de India”.
“La amplitud y la preparación difieren de las de atentados precedentes, este ataque es un nuevo giro”, explicó el analista basado en Singapur Rohan Gunaratna.
Los ataques precedentes eran perpetrados con frecuencia con bombas colocadas en lugares públicos, como las que provocaron la serie de explosiones que mató a 186 personas en varios trenes en Bombay en el 2006.
Estos ataques a civiles tienen por objetivo “provocar violencia entre las comunidades hindú y musulmana”, subraya Urmila Venugopalan, analista del Jane's Country Risk , especializada en cuestiones de seguridad.
Pero los del miércoles “aparentemente tenían como objetivo matar o capturar hombres de negocios extranjeros, no habían ocurrido nunca antes y sugieren la existencia de una estrategia antioccidental global”, añadió la especialista en terrorismo.
Según los testigos, los asaltantes buscaron preferentemente a estadounidenses y británicos. Una veintena de israelíes también fueron capturados y un centro cultural judío fue tomado.
“El elemento que hace de este un ataque único es la toma de rehenes. Pero eso les da más publicidad, aumenta la atención de los medios”, dijo el especialista británico Robert Ayers.