EscucharCarlos Mauricio García, alias Doble Cero , fundador de los grupos paramilitares, aliado de Carlos Castaño y abierto crítico de la infiltración del narcotráfico en la lucha antiguerrillera –que lo llevó al distanciamiento de su cúpula– fue asesinado por sicarios, dijo la policía ayer.
García salía de un supermercado con una mujer cuando fue ultimado con cinco disparos en la cabeza en la caribeña ciudad de Santa Marta el viernes, luego de meses de persecución por sus enemigos, según precisó la Policía.
En uno de sus últimos correos electrónicos a la AP, en relación a la presunta muerte de Castaño –jefe de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC)– afirmó que no temía hablar porque sus enemigos, los narcotraficantes en el interior del paramilitarismo, de todas maneras querían matarlo.
“¿Qué me podría pasar más a mí, que me quieran matar más veces o con más intensidad o con un arma más grande”?, escribió García, de 39 años.
Doble Cero denunció que Castaño habría sido asesinado un mes antes, al parecer por la facción que ahora lidera las AUC, a las que pertenecen su propio hermano, Vicente Castaño.
El cuerpo de Castaño no ha aparecido y sus antiguos aliados –que sostienen negociaciones de paz con el gobierno– sostienen que está vivo.
García, quien había estudiado en un prestigioso colegio de Medellín y no terminó la carrera de derecho, era un teniente del ejército que se había retirado por investigaciones por violación de los derechos humanos en los años 80.
De ahí inició su vinculación con Fidel Castaño, hermano mayor de Carlos.
Con los Castaño, El Alemán y Salvatore Mancuso, actual jefe del estado mayor de las AUC, emprendieron la lucha contra la guerrilla en los departamentos del norte del país, con masacres y asesinatos selectivos que produjeron una de las más graves crisis humanitarias en la larga guerra colombiana.
Doble Cero también participó en el llamado Grupo de Perseguidos por Pablo Escobar, los Pepes, en la lucha contra el narcotraficante que libró el gobierno de Colombia y Estados Unidos y que terminó con la muerte de Escobar en diciembre de 1993.
Sus vínculos con el ejército se confirmaron en el 2002 cuando en una insólita denuncia, afirmó que 20 de sus hombres fueron asesinados por tropas gubernamentales cuando se preparaban a realizar una operación conjunta, en la norteña Segovia.
