Cuando el jurado comience este lunes a escuchar el caso contra el presunto Unabomber, Theodore Kaczynski, se enfrentará con un hombre de quien los fiscales dicen que es uno de los terroristas más astutos que haya creado pánico en Estados Unidos.
Si su comportamiento hasta ahora es una guía, el hombre, acusado de ser un extremista antitecnológico, simplemente se sentará echado hacia detrás, rodeado por abogados, quienes dicen que es demasiado inestable mentalmente para poder ser culpado de sus acciones.
Kaczynski se ha declarado inocente de los cargos que agrupan todos los ataques con bombas que mataron al dueño de una tienda de computadoras y un cabildero de la industria maderera en Sacramento y la mutilación de dos profesores universitarios.
Fue acusado por separado en el estado de Nueva Jersey por otro ataque fatal y los fiscales esperan poder relacionarlo con un total de 16 ataques con bombas enviadas por correo desde 1978.
Poco común para un caso de tanto perfil, dicen los expertos, la culpabilidad de Kaczynski parece algo segura.
Enfrentado con evidencia abrumadora, inclusive una relación muy detallada de los atentados presuntamente ocupados en la cabaña de Kaczynski en Montana, el exprofesor de matemáticas de 55 años parece casi seguro que será encontrado culpable, dicen los expertos.
El verdadero debate se espera en la segunda fase del juicio, donde al jurado de 12 miembros se le pedirá que decida si merece morir por los delitos cometidos.
La llave de todo esto es la salud mental de Kaczynski, algo en que la defensa, la Fiscalía y aun el propio acusado no se han puesto de acuerdo.