
Turrialba quiere atraer más empresas foráneas aprovechando resultados y facilidades que tres firmas radicadas allí han tenido al buscar personal calificado.
Ese cantón cartaginés pretende convertirse en un polo de llegada de inversión extranjera valiéndose también de los 11.000 metros cuadrados de infraestructura disponible en su parque industrial, las vías hacia puertos en Limón y el suministro de energía de la planta hidroeléctrica Angostura.
Además, el plan de la Municipalidad es beneficiarse de los incentivos que la reforma a la Ley de Zonas Francas da a las compañías que abran en cantones con pocos recursos.
Esa nueva legislación permite a las empresas que se instalen en sitios de bajo desarrollo, como Turrialba, no pagar impuesto de renta en sus primeros seis años de operación y una tarifa del 5% para los siguientes 6 años.
Actualmente, en Turrialba funcionan bajo régimen de zona franca las estadounidenses Rawlings, de confección de uniformes deportivos y bolas de beisbol; Lam Snacks, de bocadillos de plátano y yuca, y Firestone Industrial Products, que desde marzo del 2008 fabrica componentes automotrices.
Las tres firmas emplean a 809 personas, la mayoría de ese cantón, que cuenta con 78.217 habitantes, según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).
Turrialba tiene un desempleo de casi el 8%, (la tasa nacional es del 7,8%, de acuerdo con el INEC). Su población se dedica principalmente a labores agrícolas.
Alfonso Pérez, alcalde turrialbeño, comentó que de cada 10 desempleados, 8 son jóvenes y fundamentalmente mujeres.
Ventajas. Álvaro Murillo, gerente general de Firestone Industrial, y Alejandro Cotter, gerente general de Rawilins, aseguraron que en el cantón existe la mano de obra necesaria y su talento es uno de los principales beneficios de estar allí.
“Los turrialbeños valoran su trabajo y tienen una gran habilidad. Las bolas de beisbol se confeccionan a mano y son de excelente calidad”, puntualizó Cotter.
El ejecutivo afirmó que todos los ingenieros que laboran en la planta son de la zona, al igual que los 14 operarios bilingües del call center que atiende los pedidos de confección de uniformes a la medida, que a diario hacen fanáticos estadounidenses de los deportes.
Rawlins tiene 650 empleados, cuya edad promedio es 24 años. Cotter agregó que muchos instructores y supervisores empezaron cosiendo bolas.
Murillo comentó que otra ventaja para Firestone Industrial es contar con una línea directa de fibra óptica para comunicarse con su casa matriz en Tennessee, EE. UU.
También destacó la cercanía de la planta con Limón, ya que toda la producción de fuelles y marshmellows que hacen sus 114 empleados se exporta por ese puerto.
Los fuelles son un componente de los resortes de aire que hacen funcionar los sistemas de suspensión de autobuses y camiones, mientras los marshmellows son partes de hule sólido para amortiguar vibraciones.
“Este cantón puede ser opción para otras empresas. Aquí hay posibilidad para manufactura y también para servicios de call center ; solo hay que reforzar el inglés”, recomendó Murillo.