
El presupuesto de la Secretaría Técnica Nacional Ambiental (Setena) crecerá 147% el próximo año, con el propósito de fortalecer la fiscalización de proyectos, mejorar sus sistemas de información y análisis, y agilizar el trámite de expedientes.
La entidad pasará de administrar ¢441 millones a ¢1.090 millones, a la vez que la planilla crecerá de 52 a 91 personas, según confirmaron jerarcas de esa institución, del Ministerio del Ambiente y del Ministerio de Economía.
“Queremos una Setena lo suficientemente fortalecida para que garantice el desarrollo sostenible, y que sea una autoridad fuerte para que sea respetada”, dijo la directora de la entidad, Tatiana Cruz.
El aumento en recursos y personal es parte del proceso de reestructuración en el que se encuentra la institución, encargada por ley del análisis, aprobación o rechazo de los estudios de impacto ambiental de casi cualquier proyecto constructivo.
Según afirmó el viceministro de Economía, Jorge Woodbridge, el fortalecimiento de Setena es estratégico para el crecimiento económico del país, ya que se debe mantener el ritmo de aumento de la inversión extranjera, a la vez que se debe ser más celosos con la protección del ambiente, como lo exigen los acuerdos comerciales internacionales.
Woodbridge sostiene que el cambio debe darse en el equipo tecnológico, así como también en el aumento de salarios y capacitación del personal, reducción de trámites y endurecimiento de la inspección ambiental.
Colapso. Mientras el país vive un auge en el desarrollo de proyectos inmobiliarios y turísticos, Setena se había quedado sin capacidad suficiente para tramitar los expedientes que recibía.
Solo durante el 2007, Setena ha tramitado más de 2.500 expedientes nuevos y ha otorgado 370 viabilidades ambientales.
El organismo mantiene una presa de 850 expedientes y debería supervisar anualmente las más de 12.000 viabilidades ambientales que ha otorgado desde su creación en 1995.
Con equipos obsoletos, apenas 31 empleados y ¢272 millones de presupuesto en el 2006, tampoco tenía posibilidad de fiscalizar en el terreno el cumplimiento de las especificaciones que los desarrolladores de una construcción presentaban en el papel.
“Las inversiones se atrasaban y no se velaba apropiadamente por la protección ambiental. No había inspecciones y tampoco recursos. Con este impulso sacamos a Setena de ese colapso”, comentó el ministro de Ambiente, Roberto Dobles.
Sin embargo, uno de los principales retos consistirá en mejorar la capacidad de Setena para gastar su presupuesto.
Cruz mencionó que, históricamente, la institución ejecuta cerca del 40% de sus recursos, debido a la complejidad y lentitud de los trámites burocráticos en el Minae.
Dobles aseveró que la reestructuración implica descentralizar algunas funciones administrativas del Minae para que Setena sea más autónoma en la ejecución de su preupuesto.