Madrid, 26 jul (EFE).- Los Consejos de Administración de los bancos Santander y Abbey han concluido sus reuniones para analizar la compra de la entidad británica por parte de la española y, aunque no han confirmado oficialmente la operación, han anunciado que mañana la explicarán en una rueda de prensa conjunta en Londres.
Ambas entidades anunciarán, con toda probabilidad, un acuerdo de compra, que convertirá al Santander en el cuarto banco europeo y octavo del mundo por capitalización bursátil, con un valor de más de 51.000 millones de euros.
Tras esta compra, la primera gran operación transfronteriza realizada en la Unión Europea, Abbey quedará integrado en el Grupo Santander, pero en ningún caso será absorbido ni fusionado, ya que en el banco español se considera que este tipo de operaciones en Europa no crean valor para el accionista.
El Santander remitió al Abbey la oferta de compra tras una reunión extraordinaria de su Consejo y, tras estudiarla, el máximo órgano de administración de la entidad británica aceptó la propuesta.
Pese a lo que se prolongó la reunión de Londres, debido al celo de los responsables jurídicos del Abbey al redactar el documento sobre la decisión, la oferta presentada por el Santander es amistosa y prácticamente todos los detalles del acuerdo estaban negociados y acordados.
Los portavoces de las entidades eludieron hacer comentarios sobre la operación hasta que mañana se la comuniquen a los organismos supervisores de cada país, pero fuentes del Santander destacaron que no será una fusión, sino únicamente una compra, tras la que el Abbey seguirá siendo una entidad independiente, como ocurre con Banesto en España.
El presidente del Santander, Emilio Botín, ha insistido en numerosas ocasiones en que una fusión entre iguales en Europa "no crea valor para el accionista", ya que no permite ahorros de costes con la integración de las redes, que además es muy difícil porque las culturas de gestión son muy distintas.
Pese a todo ello, el Santander cree que esta operación tiene muchas ventajas, pues le abre la puerta grande de un mercado muy potente y al tiempo le aporta diversificación geográfica y de negocio, con lo que reduce el peso que Latinoamérica tiene en su balance y la volatilidad de sus resultados.
Los principales puntos que quedan por desvelar es el precio que pagará el Santander por el Abbey y la forma de pagarlo, que puede ser mediante un canje de acciones, en metálico o una mezcla de ambas, que es la posibilidad que se ve más factible en el mercado.
Como mínimo, el Santander tendrá que abonar 12.918 millones de euros por el Abbey, la cifra en que estaba valorado en bolsa el pasado viernes, aunque es previsible que ofrezca una prima adicional para conseguir la aceptación de los accionistas.
Si abona la compra en acciones, tendrá que hacer una gran ampliación de capital y si, por el contrario, paga en metálico, deberá desprenderse de algunas participaciones -como podría ser Cepsa, Unión Fenosa o Auna- para conseguir los fondos suficientes.
A la espera de recibir todos estos detalles, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) mantiene suspendida la cotización del Santander, que antes de esta decisión perdía en bolsa un 4,08 por ciento.
De ejecutarse la operación, el Santander se convertirá en la octava entidad del mundo por capitalización bursátil, con más de 51.000 millones de euros, sólo por detrás de Citigroup, Bank of America, HSBC, Wells Fargo, Royal Bank of Scotland, UBS y los japoneses UFJ y Mitsubishi Tokyo Financial -ya han acordado su fusión-.
Las cifras del Santander más las de Abbey dan un grupo resultante con unos activos de 351.790 millones de euros, unos créditos de 314.424 millones, unos recursos de clientes de 436.400 millones, cerca de 131.000 empleados y casi 10.000 oficinas. EFE
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