La cadena de restaurantes Hooters en Estados Unidos podría declararse en bancarrota en los próximos meses. Sin embargo, este embrollo financiero no estaría afectando a la marca en Costa Rica.
Este viernes, tras hacerse pública la situación en que se encuentra la cadena en Estados Unidos, la empresa franquiciadora de la marca en el país se distanció del problema y confirmó a través de un comunicado, que seguirá operando en el país.
“Hooters Costa Rica continúa operando con solidez, creciendo y ofreciendo el servicio excepcional que nos distingue”, indicó Chatwood S.A., de capital costarricense, a través de un comunicado publicado en las redes sociales la tarde del viernes.
Los administradores aseguraron que la empresa franquiciadora es una entidad “totalmente independiente” de Hooters America. “Miramos hacia el futuro con entusiasmo”, apuntó la empresa.
La cadena abrió su primer restaurante en Costa Rica en 2005. A la fecha cuenta con cuatro locales ubicados en Escazú, San Pedro, Heredia y Pinares. En el año 2020 cerró el local ubicado en Moravia.

En Estados Unidos, la cadena una crisis financiera que podría llevarla a la bancarrota. La compañía se encuentra trabajando con sus acreedores para poder desarrollar un plan que les permita reestructurar sus operaciones. Todo ello con el objetivo de retrasar una posible presentación de insolvencia, apoyándose en el Capítulo 11 de la Ley de Quiebras.
Aunque todavía la quiebra no es definitiva, fuentes cercanas indicaron a Bloomberg que podría ocurrir en un plazo máximo de dos meses. En la actualidad, Hooters posee alrededor de 300 sucursales distribuidas por todo Estados Unidos.
Para hacerle frente a esta situación, la cadena de restaurantes con sede en Atlanta contrató al bufete de abogados Ropes & Gray, especializado en la reestructuración de empresas en dificultades económicas. Además, incorporó los servicios de la firma de consultoría financiera Accordion Partners para evaluar su carga de deuda y encontrar posibles soluciones.
Por su parte, los acreedores de Hooters buscaron asesoramiento con el banco de inversión Houlihan Lokey, lo que evidencia la gravedad de la situación.

