Brasilia, 20 abr (EFE).- Los policías federales brasileños, en huelga indefinida desde hace 42 días, amenazaron hoy con dejar de custodiar a autoridades nacionales y anunciaron que pretenden retomar el "trabajo a reglamento" en los aeropuertos.
"Vamos a radicalizar (la huelga). Vamos a arrancar hasta los guardaespaldas del ministro (de Justicia, Márcio Thomaz) Bastos", aseguró Francisco Garisto, presidente de la Federación Nacional de Policías Federales, gremio sindical que congrega a los cerca de 7.000 miembros de esa fuerza de seguridad en Brasil.
Garisto, uno de los principales líderes de la paralización por demandas salariales y laborales, agregó que la suspensión de la seguridad de otras autoridades y testigos claves en procesos judiciales está igualmente amenazada por los huelguistas.
En declaraciones a periodistas, el sindicalista declaró que como hasta ahora el gobierno no ha atendido a las reivindicaciones de los policías, éstos piensan en retomar la fiscalización minuciosa de los viajeros que llegan o dejan el país a partir de la semana próxima.
Esa medida de fuerza, que causó contratiempos a los pasajeros y generó largas filas que duraron horas en los puestos de fiscalización en las terminales aéreas, fue suspendida por determinación de un juez federal.
No obstante, el sindicato policial ha podido asegurar la retomada del "trabajo a reglamento" gracias a recursos judiciales que presentaron en tribunales de distintos estados brasileños.
Los agentes federales exigen que el Gobierno cumpla una ley aprobada en 1996 por el Congreso que supuestamente aumenta sus salarios mensuales, actualmente en 4.000 reales (unos 1.400 dólares), a unos 7.000 reales (alrededor de 2.400 dólares).
Además, piden nuevos equipos, armas y vehículos para la Policía Federal.
La semana pasada, el Ejecutivo se dispuso a mejorar la infraestructura de esa fuerza de seguridad y en elevar en un 17 por ciento los sueldos de los policías, propuesta que fue rechazada por el sindicato, que exige un alza salarial de un 75 por ciento.
Mientras no se alcanza una solución, la emisión de pasaportes, la vigilancia de cuarteles, la incautación de estupefacientes y la prisión de delincuentes, entre otras tareas de esa fuerza de seguridad, han quedado perjudicadas.
Apenas un 30 por ciento del total de policías federales que no adhirieron la huelga mantienen de modo precario la continuación de esas actividades. EFE
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