“Copia o falso, que se va a llevar señor”. Ese parece ser el lema de algunos comercios que ofrecen películas en DVD ( digital versatil disc ) o videojuegos para la venta o su alquiler.
Esos negocios operan bajo todas las normas que se le solicitan a un comercio, pero, violan los derechos de autor e incurren en competencia desleal.
La piratería de películas y de videojuegos se incrementó en los últimos años en el país, dado que muchas personas prefieren adquirir la copia por su menor costo.
El incremento también aumenta porque han aflorado réplicas de origen casero, gracias a la mayor disponibilidad de programas de computación y equipo especial para realizar la falsificación.
Otro factor es que en algunos videoclubes prefieren comprar copias para su arrendamiento.
Algunos de estos negocios venden duplicados de los filmes a sus clientes, si estos se los solicitan.
Más baratos
Una copia de película en DVD o un juego para PlayStation cuesta hasta un 80% menos del precio de un original y se venden sin ninguna restricción a pesar de que se está violando la Ley de derechos de autor y derechos conexos.
En ciertos establecimientos comerciales la copia de alguno de los estrenos cinematográficos se consigue entre ¢2.500 y ¢5.000. Mientras el precio de la original supera los ¢12.000.
En el caso de los juegos, la copia pirata se consigue desde ¢1.000, en los lugares más baratos, y hasta ¢6.000 en los más caros. El auténtico supera los ¢25.000.
La diferencia es solo en el precio porque el juego es el mismo, la caja es igual y las carátulas están tan bien copiadas que, a la vista, no hay mayor diferencia entre el original y la copia pirata.
En las películas duplicadas la calidad de la imagen y del sonido es menor y en su mayoría no tiene los extras, como documentales, que incorpora una original.
Rubén Acón, presidente de la Cámara de Videoclubes, dijo que algunos videos trabajan con “previos” –filmes ilegales que se encuentran en cartelera y que no se han distribuido de forma oficial en DVD–, a los que sacan varias copias.
Esa práctica les brinda ventaja sobre sus homólogos que trabajan con originales, que deben esperar hasta que la casa distribuidora comercialice los filmes en DVD.
“La gente busca las películas más recientes y no les importa llevar copias, de mala calidad”, comentó Acón.
Francisco González, administrador de la tienda Orión, distribuidor de videojuegos originales en el Mall San Pedro, San José, explicó que es muy difícil identificar el monto de pérdidas que genera la piratería, dado que existe una gran cantidad de negocios que se dedican a esa actividad ya sea de forma legal o al margen de la ley.
Un estudio realizado por la Alianza Internacional por la Propiedad Intelectual, detectó en el país que el 60% de los programas de computadora son “pirateados”; igual el 50% de los discos y el 40% de filmes.
Cuantificó que las pérdidas en el 2003 por esa práctica fueron de $15,7 millones.
Amparo legal
Cynthia Zapata, directora del área de apoyo al consumidor del Ministerio de Economía, dijo que con la venta de copias se está generando competencia desleal.
“Las copias están violando el artículo 17 de la Ley de Promoción y defensa efectiva del consumidor , N° 7472, porque genera confusión, desacreditación o imitación de alguna marca en perjuicio de los distribuidores y del consumidor final”, afirmó Zapata.
Las casas distribuidoras se ven perjudicas porque sus ganancias merman y los consumidores reciben un bien de menor calidad que en algunos casos pueden dañar el equipo reproductor.
Zapata explicó que la Defensoría del Consumidor no puede actuar de oficio, es decir, no puede salir a investigar cuales negocios venden copias e inducen a engaño al público.
Sin embargo, recibe las denuncias de personas que afectadas por esas practicas ilegales.
Actualmente varios establecimientos se encuentran bajo investigación por varias quejas.
En los casos que se determine que los comercios incumplieron con la ley, se les sancionará con multas que varían entre 10 y 40 salarios base (que está en ¢95.250); se les prohibe la comercialización y se decomisa la mercadería.