París, 15 abr (EFE).- Miles de militantes antinucleares de unos veinte países se dieron cita hoy en Cherburgo (noroeste francés) para decir "no" al reactor de nueva generación, EPR, y recordar a las víctimas de la catástrofe de Chernóbil, hace casi 20 años.
Unas 30.000 personas, según los organizadores, y 12.500, según la Prefectura, desfilaron bajo la lluvia por las calles de este puerto normando que dio su nombre al filme "Los paraguas de Cherburgo".
Además de albergar la construcción de submarinos nucleares, la ciudad está situada cerca del centro de reprocesamiento de combustible nuclear de La Hague, pero también de la central de Flamanville, donde la construcción del EPR (Reactor Europeo Presurizado) debe comenzar en 2007 con vistas a su entrada en servicio en 2012.
Detrás de un cartel que rezaba "20 años después de Chernóbil, stop al reactor nuclear EPR", los manifestantes, algunos vestidos con combinaciones blancas o portando máscaras, iniciaron la marcha en un silencio absoluto, en tributo a las víctimas del mayor accidente de la historia mundial de la energía nuclear civil, el 26 de abril de 1986, en Ucrania.
La manifestación y los otros actos del fin de semana (conciertos, conferencias, proyecciones...) han sido organizados por el colectivo "Salir de lo Nuclear", que reúne a más de 700 grupos, y la asociación regional "EPR, no gracias, ni aquí ni en otra parte".
"Es un verdadero éxito", dijo a EFE desde Cherburgo un portavoz de "Salir de lo nuclear", Stéphane Lhomme, al señalar que el número de participantes superaba las expectativas.
Más que una marcha antinuclear es "una manifestación por otra política energética con futuro" y un "cambio en Francia y otras partes", señaló.
El EPR responde a una "tecnología antigua" que producirá residuos nucleares durante décadas, agregó Lhomme, y, citando un estudio divulgado hoy por el colectivo, sentenció que "destruye empleos".
Con los 3.000 millones de euros que costará construir el EPR, se podría, según el estudio, crear en 15 años quince veces más empleos y producir el doble de energía, gracias a ahorros energéticos y al desarrollo de fuentes renovables.
En Francia, que cuenta con 58 reactores en 19 centrales, el 78 por ciento de la electricidad consumida es de origen nuclear.
El Gobierno ha apostado por seguir con la energía nuclear, primero con el EPR, reactor de tercera generación destinado a reemplazar progresivamente a los actuales cuando salgan de servicio entre 2015 y 2020, y más adelante con otro de cuarta generación, en el que expertos de varios países están ya trabajando.
Los reactores de los que Francia se dotó, después de las primeras crisis petroleras en los años 70, tienen una "vida" de 40 años.
Aunque el Gobierno conservador se decantó hace dos años por el EPR, concebido en 1992 por el grupo francés Areva y el alemán Siemens, los militantes antinucleares consideran que tienen un año por delante para tratar de impedir su construcción.
Y tienen los ojos puestos en las elecciones presidenciales y legislativas de 2007, según dijo a EFE un portavoz de Greenpeace.
"El tema nuclear será un asunto central en el debate político" de las elecciones, dijo el líder francés anti-globalización y ex portavoz de Confederación Campesina, José Bové, y aseguró que la energía nuclear "no es la alternativa" al problema energético.
También acudieron a la cita dirigentes del partido de los Verdes, dos ex ministras de Ecología, o el ex candidato presidencial de la Liga Comunista Revolucionaria, Olivier Besancenot.
Asimismo, había dirigentes ecologistas de Finlandia, donde la construcción del primer EPR comenzó el pasado septiembre, y personas que trabajaron en Chernóbil después de la catástrofe.
Para simular una montaña de residuos radiactivos, los manifestantes arrojaron miles de latas ante la sede de la empresa estatal Electricité de France, que acogerá el EPR en Flamanville. EFE
al/jg