por Julián Rodríguez
México, 18 dic (EFE).- A diez años del llamado "error de diciembre", que desató la peor crisis financiera de México, el país ha superado el trauma aunque aún resiente los estragos, según analistas consultados por EFE.
En los últimos diez años la economía mexicana ha sorprendido a todos con ritmos sostenidos de crecimiento, con las más altas reservas de su historia (superiores a los 60.000 millones de dólares), y con tasas de interés de un dígito.
En diciembre de 1994 el Gobierno reunió a los líderes empresariales para anunciarles una "depreciación del peso" de un 15 por ciento, lo que causó una estampida de capitales en los días siguientes que redujo las reservas de 24.000 millones de dólares a unos 6.000 millones.
Ello derivó en una crisis de insolvencia a principios de 1995, que causó la peor devaluación del peso, de un 120 por ciento, derrumbó además la Bolsa de Valores, disparó las tasas de interés por encima del 150 por ciento y llevó la inflación a niveles mayores al 50 por ciento.
Aunque los organismos financieros internacionales apoyaron al Gobierno mexicano con un paquete financiero de 50.537 millones de dólares para evitar una moratoria de pagos, la crisis llevó al cierre de más de 10.000 empresas, y 14 de los 18 bancos que había en el país quebraron y el gobierno debió absorber sus deudas.
Diez años después, la gran mayoría de los expertos, banqueros y empresarios coinciden en que las perspectivas de la economía y del sistema financiero mexicano son muy favorables.
La experta de la firma Consultores Internacionales Moraima Carvajal negó que en las actuales condiciones pueda haber una nueva crisis similar a la de hace diez años, y afirmó que ya se han alcanzado "estabilidad macroeconómica y estabilidad financiera porque las tasas de interés no son volátiles".
Recordó que la crisis impactó a varios países de América Latina y fue bautizada como "Efecto Tequila", debido al deterioro que causó en las reservas internacionales, a las devaluaciones que debieron asumir los gobiernos y a las altas tasas de interés para paliar la devaluación.
Destacó que el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) dio solidez a la economía mexicana, pero advirtió que es necesario diversificar exportaciones y no depender sólo del mercado estadounidense, a donde México dirige el 90 por ciento de sus envíos al exterior.
Pero además del "blindaje económico" alcanzado, recomendó avanzar en un "blindaje político" y en recuperar la confianza de la ciudadanía y las empresas.
La especialista señaló que a 10 años de la crisis financiera no se ha rescatado la confianza en el sistema bancario.
Por su parte, el analista del Grupo Financiero Santander Serfín, Rafael Camarena, señaló que a diez años de la crisis la economía ha salido bien parada.
Destacó que un cambio fundamental lo muestra el sistema financiero, que cuenta con niveles altos de capitalización y suficientes reservas sobre riesgos, así como con el apoyo de grandes grupos bancarios internacionales que se establecieron en el país.
A su juicio, las principales enseñanzas que dejó la crisis fueron "tener una estructura distinta de vencimientos de deuda doméstica, un balance de riesgos más fuerte para las instituciones bancarias, así como la mejora de los esquemas de capitalización y evaluación de riesgos tanto para oferentes como demandantes de crédito".
Por su parte, el analista financiero del BBVA Bancomer, Octavio Gutiérrez, señaló que la fortaleza de la economía mexicana se apoya en la "continuación de los fundamentales sólidos" que no están bajo "la administración de un solo partido".
Entre estos principios destacó la prudencia en el manejo del déficit fiscal y una política monetaria autónoma a las decisiones del gobierno central y a la discusión política, lo que se ha constituido en un "ancla nominal" en la evolución económica del país.
Consideró que la mejor política que se pudo adoptar en 1994 fue pasar a la libre flotación cambiaria, que "ha funcionado muy bien para la economía mexicana y así debe de continuar", concluyó. EFE
jrm/mm/gd