
La histórica cadena de tiendas por departamentos Sears, que llegó a Costa Rica en la década de 1950 y se convirtió en un emblema del consumo estadounidense durante gran parte del siglo XX, está a punto de desaparecer casi por completo en su país de origen.
Según un reportaje publicado el 26 de diciembre por el diario The New York Times, el último intento por rescatar la compañía —una estrategia inmobiliaria liderada por su presidente, Edward S. Lampert— fracasó y dejó apenas unas cuantas tiendas en operación en Estados Unidos.
El medio detalló que el plan, que incluyó la creación del fondo Seritage Growth Properties en 2015, buscaba reconvertir antiguos locales de Sears y Kmart en complejos comerciales y espacios de uso mixto.
No obstante, las pérdidas sostenidas, la disminución del consumo presencial y diversos conflictos de interés entre Lampert y empresas vinculadas precipitaron el colapso del proyecto.
La compañía, que llegó a dominar el comercio minorista antes del auge de las ventas por internet, se declaró en quiebra en octubre de 2018 y, en la actualidad, la mayor parte de los inmuebles de Sears está en proceso de venta o reconversión.
En otros países, como Puerto Rico, la cadena cerró su última tienda en la isla en agosto pasado, según informó El Nuevo Día.
Trayectoria en Costa Rica
En el ámbito local, Sears vivió su etapa de mayor auge varias décadas antes de estos problemas.
La cadena inauguró su tienda en San José el 18 de agosto de 1955, un hecho que marcó un hito en el comercio nacional al introducir uno de los primeros formatos de tienda por departamentos del país, con una oferta integrada de moda, artículos para el hogar y electrodomésticos.
El local principal, situado en la Avenida Central, se consolidó como un referente de modernidad y consumo en la capital, de acuerdo con información publicada en internet.
Sin embargo, Sears cerró sus operaciones en Costa Rica en 1982, en medio de la crisis económica que atravesaba el país, tras casi 30 años de presencia.
El edificio, considerado uno de los íconos comerciales de San José, posteriormente albergó otros negocios, aunque para muchas personas continúa siendo un símbolo de una época de esplendor comercial y transformación urbana.
