La inflación en Costa Rica, medida por la variación interanual del índice de precios al consumidor (IPC), mostró un nuevo aumento en agosto, en comparación con el mismo mes del año anterior. El indicador acumuló su segundo mes consecutivo en valores positivos, luego de que en julio rompiera con una tendencia de 13 meses seguidos en cifras negativas.
El IPC, calculado por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), tuvo una variación interanual de 0,31% en agosto. Este dato es superior al 0,03% registrado en julio pasado, lo que acorta la distancia del indicador respecto a la meta del Banco Central de Costa Rica (BCCR), fijada en 3% con una desviación de un punto porcentual, hacia arriba o hacia abajo. El índice ha permanecido 16 meses por debajo de dicho rango.
Norberto Zúñiga, economista de Ecoanálisis e investigador de la Academia de Centroamérica, afirmó que varios factores explican el paso de un año de inflación negativa a empezar a observar tasas positivas. Entre ellos, mencionó el efecto base generado por la estabilización de precios el año anterior, cuando cayeron considerablemente. Además, comentó que la baja en las tasas de interés aceleró el crédito, lo que influye en una mayor demanda interna.
Zúñiga también subrayó que, en los últimos cinco meses, el colón se ha depreciado cerca de 5%, lo que aceleró el proceso inflacionario en los meses recientes en ciertos productos, aunque la cifra sigue siendo menor que hace un año. A esto se suma el aumento en los costos internacionales de transporte marítimo durante el último año, impulsado por los conflictos geopolíticos cerca del mar Mediterráneo.
Según Luis Vargas, economista e investigador de la Universidad de Costa Rica (UCR), para lo que resta del 2024 se prevé que la inflación continúe en terreno positivo y con aumentos graduales, especialmente porque se prevé que se eleve el consumo y los precios por “viernes negro”, Navidad y Fin de Año.
Cambios respecto a julio
En cuanto al cambio mensual del indicador (agosto respecto a julio), este reflejó un incremento de 0,12%. Entre julio y junio, el resultado fue una reducción de 0,12%. Además, la variación acumulada en los primeros ocho meses del año fue de 0,21%.
De los 289 bienes y servicios que componen el índice, el 46% registró incrementos, el 42% mostró descensos y el 12% restante no presentó cambios. Las divisiones con mayor impacto positivo en el incremento mensual del IPC fueron alimentos y bebidas no alcohólicas, bienes y servicios diversos, y comidas fuera del hogar y servicio de alojamiento.
“La división de alimentos y bebidas no alcohólicas fue la que generó un mayor efecto en el alza del indicador, registrando una variación mensual de 1,18%”, dijo Nelson Castillo, coordinador de la Unidad de Índice de Precios al Consumidor del INEC.
Según Vargas, la categoría de “bienes y servicios diversos” incluye cuidado personal como el corte de cabello, pasta dental, jabón de baño o pañales desechables De los datos publicados por el INEC, destaca el papel higiénico como el que tuvo un mayor efecto positivo sobre el cambio mensual en el IPC en esta categoría.
Entre los productos que más contribuyeron al aumento mensual del IPC se encuentran el tomate, con un incremento de 24,68%, los huevos, con 13,61%, y la zanahoria, con un alza de 42,28%, seguidos de otros como la cebolla, la papaya, los chocolates y el chile dulce. Por otra parte, los que más influyeron negativamente en la variación mensual del IPC fueron la gasolina (-2,35%), la papa (-13,13%) y la refrigeradora (-8,59%).
Zúñiga anticipó que, en la próxima reunión de política monetaria, donde el BCCR decidirá sobre las tasas de interés, es poco probable que la Junta Directiva tome como base estas cifras de inflación para definir la política monetaria. Sin embargo, añadió que la decisión de la Reserva Federal (FED), unos días antes, sí influirá.
La Junta Directiva del Banco Central tendrá su próxima reunión de política monetaria el 19 de setiembre, mientras que la FED de Estados Unidos decidirá sobre sus tasas de interés un día antes, el 18 de setiembre.
El economista pronosticó que la FED podría reducir sus tipos en al menos 25 puntos base, aunque no descartó que la disminución llegue a los 50 p. b. si se percibe un escenario de mayor desaceleración de la inflación en la principal economía del mundo.
“En cualquier caso, nuestro Banco Central debería reducir la TPM en 25 p. b. La decisión también podría estar respaldada por la reciente caída en el precio del petróleo, además de acercarnos a la tasa neutral y abandonar la política monetaria restrictiva”, concluyó Zúñiga.