EscucharAmsterdam, 17 abr (EFE).- La organización ecologista Greenpeace ha instado al gobierno holandés a que prohíba que un buque que atracó hoy en el puerto de Rotterdam descargue maíz modificado genéticamente, para evitar así su distribución ilegal en Europa, según informó en un comunicado.
El buque llegó al puerto holandés desde el estadounidense de Nueva Orleans (sur del país), cuando todavía no se han cumplido "48 horas desde que la Unión Europea (UE) prohibiera toda importación desde América que no contara con un certificado "libres de bt10", un Organismo Genéticamente Modificado (OGM) que ha sido considerado ilegal.
El pasado día 15, la UE decidió ampliar sus precauciones hacia los Organismos Genéticamente Modificados (OGM) e impuso certificados a los piensos llegados desde Estados Unidos en respuesta a un problema de partidas ilegales de maíz en España y Francia.
La UE quiere que los envíos de harinas de gluten de maíz y restos de etanol empleados para piensos adjunten el certificado "libres de bt10", que en los últimos cuatro años entró por error en el territorio de la Unión.
"El gobierno holandés debe actuar hoy para detener este cargamento no autorizado y evitar que sea distribuido por toda Europa", afirmó la representante de Greenpeace, Ulrike Brendel, quien recordó que "la UE ha enviado un claro aviso respecto a que este tipo de maíz genéticamente modificado" está prohibido.
Greenpeace subrayó que de no prohibirse la descarga cuanto antes, una vez en tierra "será imposible de detectar".
La organización ecologista solicitó que el 'Victory C', el buque que atracó hoy en Rotterdam regrese a Estados Unidos con el cargamento intacto.
El carguero es sólo uno más de los barcos que en los próximos meses alcanzarán los puertos europeos desde los estadounidenses portando la misma carga.
Antes de que la UE prohibiera el pasado día 15 este tipo de maíz modificado, la Comisión Europea (CE) estimó que mil toneladas de productos "bt10" fueron introducidos en los mercados europeos, aunque sin entrañar riesgos para el consumidor ya que se trataba de partidas destinadas a la investigación, por lo que luego eran destruidas. EFE
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