
Toma uno: el presidente Óscar Arias firmó el 11 de octubre pasado la Ley de agricultura orgánica en San Isidro de El General.
Toma dos: el presidente Óscar Arias suscribió ayer la Ley de agricultura orgánica en Casa Presidencial, en Zapote, San José.
Es la misma ley, pero entre una y otra firma varió un artículo, cambió el escenario y se atrasó un año la entrada en vigencia de los beneficios a quienes siembran sin usar agroquímicos.
Esta ley exonera a las empresas de productores orgánicos del pago del impuesto sobre la renta durante 10 años, así como del pago de tributos para importar insumos, maquinaria y un vehículo pickup , entre otros beneficios.
El embrollo. La Asamblea Legislativa aprobó la ley por unanimidad –en primer debate, el 5 de setiembre del 2006– y dos días después recibió el aval en segundo debate, pero entre una votación y otra hubo un cambio en el texto.
El 11 de octubre del 2006, por error, a Arias le dieron a firmar el texto aprobado en primer debate, según explicó el diputado José Joaquín Salazar, del Partido Acción Ciudadana.
La ley no pudo entrar a regir, debió ser derogada, un nuevo proyecto debió ser presentado y, después de que los diputados lo dispensaron de trámites, de nuevo fue aprobado en primero y segundo debate en junio pasado.
“Lo importante es que la ley fue aprobada por unanimidad las dos veces”, dijo ayer Fressy Campos, de la Asociación de Productores Orgánicos de Turrialba”
El cambio que motivó el lío consiste en que, en la versión final, la ley ordena incluir a los agricultores orgánicos entre los beneficiarios del Fondo Especial para el Desarrollo de las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (Fodemipyme).
Esa reforma da acceso a los agricultores a créditos que ya disfrutan pequeñas y medianas empresas de industria y comercio.
“Ahora sí podremos proteger nuestras actividades orgánicas de las amenazas existentes, y el derecho entre otros a la tenencia de semillas criollas”, manifestó Campos en la Casa Presidencial.
Arias improvisó un mensaje en el que reconoció las diferencias de opinión con los pequeños productores y defendió al Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos, Centroamérica y República Dominicana.
La secretaria general del Movimiento de Agricultura Orgánica, Eva Carazo, calificó como “un irrespeto” de Arias a los campesinos el referirse al TLC y no al contenido de la ley, pues a los agricultores se les pidió no manifestar su oposición al acuerdo comercial.