Bilbao (España), 28 oct (EFE).- El cocinero Ferrán Adriá, propietario del afamado restaurante El Bulli, afirmó hoy en Bilbao (norte) que la restauración de lujo "va para abajo" y que en el futuro los restaurantes de vanguardia se convertirán en una especie de centros de Investigación+Desarrollo (I+D) de las grandes empresas del sector alimentario, que los financiarán.
"Los diez mejores restaurantes de España no ganan dinero, en Europa lo pasan fatal, y todos (los grandes cocineros) vivimos de otras cosas", dijo Adriá.
El cocinero, que tiene su restaurante en Cataluña (noreste), aventuró que los restaurantes "de vanguardia e investigación" serán mantenidos por grandes empresas alimentarias para las que realizarán una función similar a la que hace la alta costura para la industria de la moda, o la Fórmula 1 para la del automóvil.
En su opinión, aunque ha aumentado el interés por la gastronomía, habrá una "recesión y cada vez habrá menos restaurantes 'top' y aumentará el nivel medio", con precios de 30 a 40 euros por menú, a la vez que ese interés por la gastronomía producirá un aumento de las conferencias y demostraciones de los grandes cocineros.
Con esta visión de la restauración, Adriá ha organizado su grupo empresarial, en el cual el restaurante El Bulli "es el marketing", el Taller El Bulli "el I+D" y El Bulli-Carmen "es el negocio" con sus contratos con empresas alimentarias y de hostelería, un esquema que reconoció que "sólo funciona si eres uno de los grandes".
El Bulli abre solo seis meses al año y la lista de espera, con aficionados gastronómicos procedentes de todo el mundo, es permanente.
"El restaurante -explicó- no gana dinero, queda a cero, podría cobrar 400 euros en vez de 135 (por cada menú) porque tengo más de medio millón de demandas pero no lo hago porque me gusta cocinar. Luego, cuando hago negocios, hago negocios, 'business es business'".
"Tengo negocios para comprar mi libertad porque soy cocinero y donde me lo paso bien es en la innovación y la investigación, en los seis meses de El Bulli. Cuando llegue a una cifra determinada de dinero, en dos o tres años, dejaré negocios y después iré más relajado", comentó Adriá. EFE
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