
Usted afirma que Latinoamérica está mejor preparada para encarar una crisis como la que vivimos. ¿Por qué?
La banca de Latinoamérica tiene en términos generales niveles de patrimonio y solvencia que exceden los mínimos regulatorios; entre un 20% y un 30%, dependiendo del país. Los niveles de liquidez también se han fortalecido mucho. La cartera vencida está muy baja y las provisiones superan a la cartera vencida.
El sistema financiero está en una posición mucho más fuerte que en el pasado, pero no quiero decir que no habrá afectaciones, porque evidentemente las habrá.
¿En qué sectores se verán más las consecuencias de la crisis?
La mayoría de los países de Latinoamérica exportan commodities y ese auge de commodities ha tenido caída, entonces el sector exportador será afectado por precio y cantidad porque disminuirá la demanda. Otro impacto será la baja de las remesas. Un tercer elemento es que la fuente de financiamiento.
¿Qué clase de vacunas podría aplicarse el sistema financiero para protegerse aún más?
En este momento, en que ha tomado años fortalecer los niveles de patrimonio de los bancos, lo importante es tener una política de provisiones fuerte y tener la posibilidad de cubrir cualquier deterioro que se vaya a presentar en la cartera de créditos.
“También creo se debe tener un manejo muy sigiloso de la liquidez hasta que este vendaval vaya cediendo. Es importante una buena comunicación con los gobiernos para tratar de tener políticas anti cíclicas.
(Una política anti cíclica es una forma de compensar, por medio de la inversión del Estado, una baja en la producción, fuentes de ingreso y la actividad económica).
Su recomendación de un manejo sigiloso de la liquidez, ¿qué medidas incluye?
Latinoamérica ha tenido un buen crecimiento de crédito, que ha sido uno de los motores de crecimiento de nuestras economías; creo que en este momento, si bien hay que apoyar al sector productivo con el crédito, hay que tener cuidado de manejar una lógica adecuada, con una generación de fondos para mantener niveles de liquidez que den mucha seguridad a cada uno de los sistemas financieros. Tener una política algo más cauta en el crecimiento del crédito hasta que pase la crisis.
En Costa Rica hay preocupación por el tema de la liquidez. Los empresarios se han quejado por falta de dinero para créditos y hace poco el Gobierno decidió capitalizar a tres de los bancos públicos. ¿Qué tan bueno es eso como medida de prevención contra una eventual caída de la producción?
Eso es un buen ejemplo de aplicar una política anti cíclica, porque los gobiernos que han podido ahorrar y tienen soporte de recursos fiscales pueden generar fuentes de financiamiento para el sector productivo.
“Son políticas acertadas porque si habrá una caída de la producción, de la actividad económica y de la exportación, alguien tiene que ayudar a neutralizar esos efectos. En el caso de Costa Rica la banca estatal, me parece muy bien.
¿Qué tipo de regulación de la banca debe impulsar Latinoamérica en este momento?
Se debería incentivar la generación de provisiones para fortalecer los patrimonios y la cartera de los bancos. Por otro lado, utilizando políticas monetarias, evitar una contracción de la liquidez bajando encajes, por ejemplo o abriendo líneas de financiamiento.
En términos de regulación, ¿en qué lugar está Centroamérica?
Uno de los grandes temas a evaluar es cómo aprender de lo que pasó en EE.UU. Una de las grandes diferencias entre Latinoamérica y el mercado americano es que nosotros tenemos una concepción mucho más de bancos universales y comerciales, donde captamos depósitos y generamos créditos, mientras EE. UU. tiene dos esquemas de bancos: el que capta y genera créditos y el otro el banco de inversión, que no capta del público sino de inversionistas institucionales.
“Esa banca era mucho menos regulada en EE. UU. y había algunos elementos de debilidad. En Latinoamérica el regulador tiene que jugar un papel bien importante, pero teniendo cuidado de que no haya una sobre regulación.
¿Qué piensa de la banca costarricense?
Ustedes han tenido un proceso paulatino de fortalecimiento. Me sorprende y es su característica más interesante que Costa Rica tiene el mayor grado de banca pública de Latinoamérica.
“Pese a que el país ha entrado muy bien a las economías de mercado, tienen una presencia importante en número de bancos estatales, lo cual imprime la oportunidad de complementar con la banca privada, un apoyo al sector real”.
