La Dirección Jurídica del Banco Nacional (BN) confirmó a La Nación que, cuando uno de los miembros de la Junta Directiva del ente renuncia a su nombramiento, el órgano colegiado no puede “sesionar válidamente”.
El lunes 2 de junio, Alejandro Solórzano dimitió a su cargo en la Junta Directiva del BN. Su designación se dio el pasado 28 de mayo, luego de que el Gobierno destituyera a la anterior Junta Directiva, en medio de una disputa por el nombramiento de la gerenta general del BN, Rosaysella Ulloa.
Según explicó la Dirección Jurídica del banco estatal, la renuncia de un directivo del órgano colegiado del banco genera una falta de “cuórum estructural”, lo cual ocasiona que el máximo órgano de dirección no pueda sesionar válidamente.
“El cuórum estructural se refiere al número legal de miembros que deben estar presentes al inicio y durante el desarrollo de la sesión, para que pueda sesionar válidamente”, se indicó.
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El motivo de la renuncia
Solórzano dijo a La Nación este martes 3 de junio, que la dimisión respondió a motivos personales y agradeció haber sido considerado para el cargo.
“Agradecido de haber sido tomado en cuenta, por motivos personales y deseando el mejor de los resultados para bien del banco y consecuentemente del país”, comentó a través de un mensaje.
El pasado 29 de mayo, este medio reportó que el Consejo de Gobierno había designado a un matrimonio en las Juntas Directivas de dos bancos públicos que compiten entre sí: la administración de Rodrigo Chaves nombró a Nidia Solano Brenes en el Banco Popular, en setiembre del 2022, y el 28 de mayo del 2025 designó a su esposo, Alejandro Solórzano, en el Banco Nacional.
Este martes, La Nación consultó al ahora exdirectivo del Banco Nacional sobre si valoró esa situación antes de asumir el cargo, pero indicó que no se referiría al tema.
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