No importa que tan pequeño o barato sea el producto; todo comerciante debe garantizar su buen estado al consumidor y responder por cualquier defecto que este tenga, incluso sobre aquellos conocidos como "de segunda mano".
Este es el caso que llevó a Mínor Ovares Fallas -vecino de Sagrada Familia-, a interponer una denuncia ante la Comisión Nacional del Consumidor (CNC) pues adquirió un vehículo usado que tenía constantes fallas mecánicas.
Al percatarse de esta situación, el consumidor solicitó al agente vendedor encargado que se le reconociera la garantía sin tener éxito. Este decidió reparar el auto en un taller particular (cuyo arreglo le costó ¢123.080) e interponer la denuncia ante el mencionado tribunal el 20 de febrero de 1996.
De acuerdo con el voto Nº 450-97 del 16 de abril del presente año, el agente vendedor (que se dedicaba al negocio desde hace años) Erick Torres Rojas adquirió el vehículo marca Suzuki Super Carry, modelo 86, en la agencia Purdy Motor -localizada en el Paseo Colón- y luego se lo vendió a Ovares.
Cuando el comprador solicitó la garantía sobre su vehículo, el vendedor alegó que los autos usados no gozan de ese respaldo. No obstante, la Comisión determinó que si el trato se hubiera dado entre un consumidor y una persona aislada no habría podido tramitar la denuncia, pero que en el caso anterior se demostró que Torres Rojas se dedicaba a la compra y venta de autos.
En ese sentido, la CNC ordenó al agente reponer el dinero invertido por el consumidor en la reparación del vehículo.
De acuerdo con el razonamiento expuesto en el voto, el comerciante había violado el artículo 40 de la Ley de Promoción de la Competencia y Defensa Efectiva del Consumidor, el cual establece que "todo bien o servicio que se preste debe estar implícitamente garantizado en cuanto al cumplimiento de estándares de calidad y los requerimientos técnicos" que establezcan las leyes.
De acuerdo con los funcionarios de esa dependencia, lo interesante de esta resolución es que aunque el vehículo sea usado no pierde su garantía y opera como en cualquier bien o servicio. También rescataron el hecho de que toda persona que se dedique de forma habitual al comercio es considerada un comerciante, por lo que debe respetar los derechos de los consumidores.
La Nación quiso conocer la opinión de Mínor Ovares, pero no tiene un teléfono registrado a su nombre. Igualmente, se trató de obtener la versión de Erick Torres, pero nadie contestó en su casa.