Rediseño de las habitaciones, nuevos servicios gratuitos y reorientación de objetivos son algunos de los cambios por los que atraviesa el hotel Best Western Irazú con el objetivo de adaptarse a las nuevos lineamientos mundiales y enfrentar las pérdidas que arrastra la compañía.
En una de las mesas del restaurante de este centro de hospedaje, el presidente de Hotelera Santa Marta (firma a la que pertenece el Irazú), Agustín Monge; la directora financiera, Ana Lucía Castro, y el gerente de contabilidad, José Manuel Alpízar, explicaron a este diario varias de las medidas aplicadas en este proceso de reestructuración.
La principal acción, señalaron, será la inyección de $6 millones (¢1.560 millones) para remodelar las 200 habitaciones del ala norte del hotel, cambiar el lobby, mejorar el restaurante y aumentar el parqueo en 120 espacios más.
Esta nueva inversión vendrá principalmente de un aumento del capital que algunos socios están dispuestos a realizar y la venta de 33.000 acciones que se encuentran en la tesorería. Esta última medida aun requiere la aprobación de los accionistas, pero se espera que los títulos sean colocados en bolsa en un mes.
Los cambios se vienen presentando desde hace más de un año, principalmente con el ingreso (en mayo de 1997) del hotel a la cadena internacional Best Western. Inicialmente se remodelaron las 120 habitaciones del ala este.
Según los hechos relevantes que la compañía reportó a la Superintendencia General de Valores (Sugeval) el 12 de agosto, Hotelera Santa Marta tuvo pérdidas por ¢21,2 millones durante el primer semestre del año, debido a la escasa ocupación (producto de la temporada baja), así como también al pago de intereses por el préstamo de $3 millones solicitado al Banco Bilbao Vizcaya en enero de 1997.
Sin embargo, esta no es la primera vez que el hotel reporta pérdidas. El perfil de la empresa facilitado por la Sugeval indica que en setiembre de 1997 el déficit fue de ¢22 millones, lo que contrastó con las utilidades de ¢71 millones, obtenidas 12 meses atrás.
Otros proyectos
Para explicar esta tendencia, Agustín Monge resaltó el hecho de que la industria hotelera viene saliendo de dos temporadas muy deprimidas, producto, entre otras cosas, de la falta de promoción del turismo y de la sobreoferta de habitaciones.
A esto añadió el aumento en la tarifa por turista (que se le paga al Instituto Costarricense de Turismo) de $1 a $6. De ahí que el empresario apoyó la iniciativa -actualmente la discute el Congreso- tendiente a reducir el impuesto de hospedaje en un 3 por ciento.
Pero aparte del rediseño de habitaciones, aplican otras medidas:
Mayor comodidad en las habitaciones y compra de televisores más grandes.
Remodelación del casino para incrementar su capacidad en un 30 por ciento.
Rediseño en el servicio, el cual se va a orientar principalmente al mercado turístico. De ahí que aumentarán las tiendas.
Ofrecer tarifa con desayuno incluido.
Servicio de buses gratuito, para que los clientes vayan a otros hoteles de la cadena Best Western, en Tabacón (La Fortuna de San Carlos), Tamarindo (Santa Cruz, Guanacaste) y Jacó (Garabito, Puntarenas).
Monge anunció que la idea es dar este servicio en los 5 hoteles de la cadena. Reveló que ya hay dos centros más a los que se les aprobó el ingreso, uno en Liberia (Guanacaste) y otro en Quepos (Puntarenas).
A pesar de estos nuevos proyectos, el ejecutivo indicó que las expectativas financieras para finales del 98 son de "romper tablas", pero recalcó que para el próximo año la situación será mejor.