Las exportaciones de banano se redujeron 20,7% al cierre del primer semestre de 2025 por efectos climáticos, confirmó la Corporación Bananera Nacional (Corbana).
A junio pasado se exportaron $493 millones frente a los $620,8 millones colocados al mismo período de 2024, según datos de la Promotora de Comercio Exterior (Procomer).
El banano es el segundo rubro agropecuario de exportación de Costa Rica, tras la piña.
Corbana explicó, por medio de un comunicado de prensa, que los efectos del cambio climático en la región Caribe impactan considerablemente la producción de fruta para exportación, así como en los ingresos percibidos por la industria, con respecto a 2024 y la proyección para 2025.
Además, la prolongación de la estación lluviosa, durante los primeros meses de este año, favoreció la saturación de los suelos y con ello la propagación de enfermedades como la sigatoka negra, un hongo que es considerado una de las principales amenazas para el banano debido a que reduce la productividad y rentabilidad de la plantación.
“Hemos tenido un efecto acumulado de lluvias desde finales del año pasado y principios de este, el cual ha provocado una reducción significativa en la producción de la fruta durante el primer semestre 2025”, señaló Erick Bolaños, director de Asistencia Técnica de Corbana.
Bolaños añadió que a este panorama se suman eventos puntuales como uno ocurrido el pasado 14 de agosto. “Fue una especie de vaguada, vientos con mucha lluvia que afectaron toda la región Caribe”.
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El principal destino de la fruta es Estados Unidos, seguido de España, Países Bajos, Bélgica e Italia, según los datos de Procomer.
Con los resultados, Corbana está brindando asistencia técnica a los productores, enfocada en fortalecer las medidas fitosanitarias.
Marcial Chaverri Rojas, gerente general de Corbana, explicó que están dando acompañamiento integral al sector bananero, enfrentando los retos del cambio climático con un enfoque de innovación, ciencia y tecnología.
Destacó que están desarrollando nuevas variedades resistentes y adaptables al clima tropical.
Al respecto, Bolaños destaca que con buenas prácticas agrícolas es posible controlar los efectos de las plagas y enfermedades en la plantación.
Para el segundo semestre del 2025, Corbana proyecta reducir en un 5% el déficit en la producción, siempre y cuando las condiciones climáticas permitan enfrentar la Sigatoka Negra.
Las proyecciones para 2026 apuntan a una menor disponibilidad de fruta respecto al promedio de años anteriores, lo cual abre la posibilidad de ajustes en la valorización del producto en el mercado, estimó Corbana.

