París, 25 abr (EFE).- El Consejo de Vigilancia de la farmacéutica franco-alemana Aventis estudiará hoy las ofertas de compra que tiene sobre la mesa, procedentes de la francesa Sanofi-Synthélabo y de la suiza Novartis, en la recta final de una operación de la que saldrá el número dos mundial de los medicamentos.
La reunión, de la que no ha trascendido ni la hora ni el lugar, se produce después de que el Consejo de Administración de Sanofi estudiara ayer, sábado, una mejora de la propuesta de 47.800 millones de euros que había hecho a Aventis a principios de enero.
El grupo francés, que con su oferta hostil abrió una guerra con Aventis, ha dado un giro en su estrategia esta semana, y parece optar ahora por un acercamiento amistoso a su competidor.
El cambio de actitud coincidió con la implicación del Ministerio de Economía francés, que no ha ocultado el "interés nacional" que para Francia tendría la creación de un gran laboratorio galo, que sería el segundo del mundo, sólo inferior al estadounidense Pfizer.
El Ministerio de Economía que dirige Nicolas Sarkozy organizó el pasado viernes un encuentro entre los presidentes de Aventis, Igor Landau, y Sanofi, Jean-Francois Dehecq, en busca de una solución "francesa".
Hasta ahora, Aventis había rechazado la propuesta de Sanofi por dos motivos: el monto era un 14 por ciento inferior al precio de mercado de la empresa franco-alemana, y la oferta no garantizaba el futuro de sus directivos dentro del nuevo grupo.
Sanofi ha mejorado ambos puntos y, según diversos medios, el Consejo de Administración de ayer habría trabajado para aumentar su propuesta económica y adaptarla al precio real en Bolsa.
Además, Sanofi habría garantizado a los directivos alemanes de Aventis continuar en el seno del nuevo grupo surgido tras la absorción, una condición sugerida por el Ministerio de Economía, según diversos medios.
Las concesiones de Sanofi persiguen contrarrestar la intervención del laboratorio suizo Novartis, que el pasado jueves mostró públicamente su interés en Aventis, por la que, según la prensa de Estados Unidos, estaría dispuesto a pagar 56.000 millones de euros, un precio acorde con su valor de mercado.
Fuentes financieras no esperan que antes de mañana, lunes, el grupo Aventis anuncie si opta por la solución nacional preferida por el Gobierno francés, o si se decide por la oferta helvética.
Incluso la solución podría retrasarse si, como indican diversos medios, Novartis contraataca con una nueva oferta mejorada, lo que provocaría una auténtica subasta.
Este escenario no gusta en el seno de Sanofi, que considera que el aumento desorbitado del precio de compra de Aventis podría debilitar al grupo resultante de la absorción, que estaría obligado a afrontar importantes reestructuraciones y recortes de personal.
Esta "espada de Damocles" preocupa a los sindicatos de Aventis, opuestos a la venta de la empresa porque consideran que provocará despidos, que serán más si finalmente se eligiera la oferta del grupo suizo.
Sanofi parece decantarse por una solución rápida de la operación, sabedor además de que la momentánea cobertura del Gobierno francés no puede durar mucho tiempo, ya que París podría verse llamado al orden por las autoridades comunitarias de la competencia, siempre celosas de la neutralidad de los Estados en temas empresariales.
Además de en Bruselas, esta intervención gubernamental en favor de una solución "francesa" ha provocado malestar en Berlín y Berna.
El canciller alemán, Gerhard Schroeder, dijo que los gobiernos deben ser "neutrales" en asuntos entre empresas, mientras que el presidente suizo, Joseph Deiss, pidió que las firmas helvéticas no sean objeto de discriminación en los países vecinos. EFE
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