Casas, carros, electrodomésticos y dinero en efectivo son tan solo parte de un abanico de premios que ofrecen diversas cadenas comerciales como parte de su estrategia para captar clientes y vender sus productos. Todas las promociones tienen un elemento en común: en ellas aplican restricciones.
El cintillo con esa advertencia no debe ser considerado como un formalismo, ni por quien ofrece la promoción, ni por quien desea participar en ella.
Son varios los problemas que se han generado por no poner atención a la frase, a veces diminuta, de la publicidad.
Un menor de edad perdió el derecho a reclamar un vehículo último modelo que creyó haber ganado en un concurso de la empresa Gillette.
En un caso anterior, la compañía de licores Seagram's se negó a entregar un valioso caballo al supuesto ganador, ya que aunque éste activó el número de su etiqueta mediante una llamada como lo pedía la promoción luego botó el envase, que constituía la prueba necesaria para hacer el reclamo.
Ambas situaciones fueron sometidas a la Comisión Nacional del Consumidor (CNC). En el primer caso, el pronunciamiento favoreció al cliente y en la segunda a la empresa, aunque ambas fueron apeladas.
Randall Salazar, quien preside la Comisión, consideró que ante el auge de concursos y promociones de ese tipo, resulta fundamental que la información llegue clara y a tiempo a los consumidores, quienes por su parte, deben estar atentos a esos detalles.
La advertencia de que existen restricciones debe, al menos, llamar la atención del comprador, aunque en criterio de Salazar lo ideal debería ser que se incluya en la publicidad las condiciones más relevantes que se exigen a los participantes.
"Hay criterios muy subjetivos, porque no existe, por ejemplo, cómo determinar cuántas veces es necesario publicar un reglamento de concurso para que el cliente lo entienda por completo", dijo.
Agregó que debe entenderse que cualquier promoción busca inclinar preferencias hacia un producto específico y ello no puede hacerse mediante engaños.
Cuestión de edad
Roy Aguilar creyó haber ganado un automóvil que rifaba la empresa Gillette entre los compradores de sus productos, quienes mediante una llamada activaban un número de la etiqueta, pero su edad, según las reglas, lo inhabilitaba para participar
Eileen Ruiz, gerente de mercadeo de Gillette, aseguró que es la primera vez que la compañía tiene un problema de este tipo en muchos años de realizar promociones.
"Nuestro reglamento en cada promoción es muy claro y lo publicamos aun cuando ello no sea obligatorio", explicó Ruiz.
Agregó que en el caso de Aguilar, la empresa tiene pruebas documentales de que la llamada del joven se produjo el 19 de mayo, mientras el reglamento se hizo público el 29 de abril anterior.
La Comisión del Consumidor, sin embargo, consideró que al momento de hacer la compra el muchacho no recibió la información suficiente y le dio la razón.
Ruiz confía en que la apelación les dará la razón y que además, la situación no hará que la empresa elimine ese tipo de concursos.
Otras compañías aseguran no haber tenido problemas de ese tipo en sus promociones. Tal es el caso de los supermercados Más x Menos. Manuel Zúñiga, de esa empresa, explicó que la empresa tiene como objetivo principal que el cliente nunca se sienta engañado.
Para ello, dijo, destinan un equipo de especialistas a elaborar los reglamentos del juego y además procuran tener el mínimo de restricciones.
En el caso de esta compañía, las advertencias más comunes se refieren a la edad del participante, a la prohibición de participar para ciertos empleados y a los montos mínimos de compra requeridos.
La limitación de espacio en un anuncio publicitario es el argumento que las diversas firmas utilizan para no advertir todas las reglas.
Salazar, de la Comisión del Consumidor, reconoce esa limitación, pero explicó que esa oficina lo que observa es si existe en cada caso una intención engañosa.
De todas maneras, ante el auge de este tipo de promociones, lo más recomendable es cerciorarse de las restricciones fundamentales que aplican (Vea recuadro) y en caso de dudas leer el reglamento.
Entonces, la próxima vez que sueñe con ganar ese gran premio, abra bien los ojos porque algo significa ese ¡aplican restricciones!