Berlín (AFP). La empresa alemana Siemens y la rusa Rosatom forjaron una alianza para colaborar en materia nuclear, en momentos en que crece el interés por la energía atómica en todo el mundo salvo en Alemania.
El gigante industrial con sede en Munich indicó el martes de noche que ha firmado un memorando de entendimiento para formar una joint venture con la firma rusa Rosatom, a la cual esperan convertir en "líder del mercado mundial" en tecnología nuclear.
La empresa conjunta, que será propiedad de la estatal rusa Rosatom en un 50% más una acción, estará presente en toda la cadena nuclear, desde la fabricación del combustible hasta la construcción de estaciones de energía atómica, pasando por el decomiso de viejas plantas.
El acuerdo hizo levantar las cejas a Francia, donde Siemens puso fin recientemente a un acuerdo de cooperación con Areva, controlada por el Estado francés. Su empresa conjunta Areva NP será liquidada el 30 de enero de 2012.
Areva, que enfrenta a un serio rival en la joint-venture Siemens-Rosatom, dijo que el borrador del acuerdo equivale a "una ruptura unilateral de las obligaciones contractuales".
Francia produce un 80% de su electricidad de la energía nuclear, y el presidente Nicolas Sarkozy ha defendido el "know-how" de su país para que las empresas francesas obtengan negocios en el extranjero.
El acuerdo tiene lugar en medio de un creciente interés por la energía nuclear en el mundo, desatado por el deseo de los gobiernos de reducir su dependencia del petróleo, el gas y el carbón.
Los precios del petróleo y del gas se dispararon fuertemente en 2008, asfixiando a los consumidores y alentando la inflación, mientras también preocupa la dependencia de petróleo y gas a largo plazo de Oriente Medio y Rusia.
Las preocupaciones sobre el cambio climático también han puesto de moda a la energía nuclear.
Según Siemens, para 2030 habrán unas 400 nuevas plantas nucleares en el mundo, que representarán una inversión de un billón de euros (1.250 millones de dólares).
"Actualmente hay 32 plantas de energía nuclear que están siendo construidas en el mundo, 70 proyectos en estado avanzado y hasta 230 podrían ser lanzadas en los próximos años", dijo a la AFP Dieter Marx, secretario general del grupo de lobby nuclear Deutsche Atomforum.
En Europa, Gran Bretaña aprobó la construcción de plantas nucleares de nueva generación en enero, y el gobierno italiano revirtió la semana pasada su decisión de abandonar la energía atómica.
Las empresas alemanas han sido lentas en aprovechar este impulso. Las dos mayores compañías energéticas, EON y RWE, anunciaron en enero que se unirían para quedarse con un trozo del pastel nuclear británico.
Pero en Alemania, el país más poblado de Europa, la energía nuclear sigue siendo tabú.
El gobierno del ex canciller Gerhard Schroeder decidió suspender la producción del último de los 17 reactores nucleares alemanes, que produce un cuarto de la energía del país, para 2020.
Los sondeos muestran que una mayoría de los alemanes permanecen opuestos a la energía nuclear y creen que la tecnología sigue siendo altamente peligrosa debido a potenciales accidentes y ataques terroristas.
Los envíos de desechos radiactivos al sitio de almacenaje nacional de Gorleben provocan regularmente protestas en las cuales los manifestantes se encadenan a trenes y bloquean el acceso a las plantas.
Pero la energía nuclear no está muerta y enterrada aún, y la revisión del tema goza de apoyo entre los conservadores de la canciller Angela Merkel.
Los conservadores, que argumentan que abandonar la energía nuclear socava la meta de recortar las emisiones de gases con efecto invernadero, quieren extender la vida de algunas estaciones de energía nuclear.