María Gómez, llega a las 6 de la mañana al centro de acopio de CoopeDota. Hasta el mediodía, de lunes a viernes, la tarea es igual: abrir las bolsas que mandan los hogares de Dota con material reciclable. En un lado pone las botellas de vidrio, clasificadas por color. En otro, los papeles, el cartón y el plástico.
En esa labor la acompañan 14 mujeres más que destinan lo que ganan a mantener a sus hijos.
A veces, Gómez abre una bolsa y se lleva "un colerón".
"Soy buena para encontrar papel higiénico y otras cochinadas. Me enoja que manden eso el día del reciclaje ¡Eso es basura, pero es que hay gente que es tonta o todavía no ha aprendido", aseguró.
Esas sorpresas ocurren a veces cuando el camión municipal llega a dejar los residuos que recoge en las casas.Pero la molestan tanto como oir comentarios despectivos sobre ese trabajo que además "me enseño a cuidar el ambiente".
Jorge Navarro, un recuperador de Zarcero, la entiende.
"Una vez le pregunté a mi hijo: ¿a usted lo han molestado en el colegio porque yo trabajo en esto? Por dicha me dijo que no", dice.
Él trabaja de lunes a viernes en el vertedero de Zarcero. Ahí hay un espacio para separar plástico, vidrio y papel.
"Esto es duro. Me da para vivir, nada más. Se necesitan dos semanas para reunir una tonelada de plástico", narró.
Ese esfuerzo se lo vende a empresas de bebidas, vidrio y cartón, que son sus clientes.
Precios. El tema de lo poco que se gana versus el trabajo lo sufren otros recicladores, dijo Hazel Chacón, quien tiene un centro de reciclaje en Escazú.
Desde hace un año también lidera la Red Costarricense de Centros de Recuperación, una organización que agrupa a 20 microempresas de reciclaje del país.
"Para que nos paguen mejor un kilo de vidrio, a ¢16, hay que quitarle las argollas de plástico o metal a las botellas. Hay empresas que si vienen aquí a recoger el producto, nos pagan menos. Pedimos precios justos. A las empresas les damos la materia que minimiza sus costos", reclamó.
Mauricio Blandino, director ambiental de Aliarse, confirma que el trabajo de los recolectores permite a empresas de vidrio usar un 70% de materia reciclada y un 30% de materia virgen en sus fórmulas.
Para Chacón, a la industria del reciclaje le falta apoyodel gobierno, las municipalidades, las empresas y de la sociedad.. "Nos gustaría que nos dejen de ver como el bichito raro, la gente que trabaja con lo peor, esta es una actividad digna", dijo, sin mencionar algo que doña María, la recuperadora de Dota, no tiene problema en decir: "lo que falta, y mucho, es educacióny eso a veces no tiene que ver solo con el estudio".