
Un nuevo estudio científico reabrió el debate sobre la verdadera naturaleza de Urano y Neptuno, los planetas más lejanos del sistema solar. La investigación indicó que su composición interna podría diferir de la clasificación tradicional que los define como gigantes de hielo.
La investigación se publicó el miércoles 10 de diciembre en la revista Astronomy & Astrophysics. El trabajo estuvo a cargo de Luca Morf y Ravit Helled, investigadores de la Universidad de Zúrich. El análisis planteó que estos planetas podrían ser más rocosos de lo que los modelos clásicos sugerían.
Los autores señalaron que el conocimiento actual sobre el interior de Urano y Neptuno sigue siendo limitado. La información disponible proviene de datos básicos como masa, radio y mediciones del campo gravitacional. Estos registros se obtuvieron principalmente gracias a la misión Voyager 2 y a observaciones realizadas desde la Tierra.
El estudio indicó que estos datos no permiten sostener un único modelo estructural para ambos planetas. Por esta razón, los científicos cuestionaron la solidez de la categoría de gigantes de hielo aplicada durante décadas.
Modelos con múltiples escenarios posibles
La investigación utilizó modelos flexibles capaces de analizar millones de combinaciones entre roca, agua y gases. Los resultados mostraron que Urano y Neptuno podrían tener interiores dominados por roca, por agua o por mezclas diversas de ambos materiales.
Este enfoque evidenció que la frontera entre gigantes de hielo y otros tipos de planetas resulta imprecisa. La composición de estos cuerpos podría ser más variada de lo que se asumía.
El análisis también abordó la presencia de hidrógeno y helio en las capas externas. Esta fracción resulta clave para comprender la formación y evolución planetaria. Según el estudio, existen varios escenarios compatibles con los datos observados y ninguno puede considerarse definitivo.
Impacto en el estudio de exoplanetas
La incertidumbre sobre Urano y Neptuno tiene implicaciones directas en la ciencia planetaria. Ambos planetas funcionan como referencia para interpretar exoplanetas de tamaño intermedio, que son comunes en otros sistemas estelares.
Revisar su composición afecta las teorías sobre la formación del sistema solar y sobre los procesos de migración y evolución térmica de los planetas.
El estudio también abordó uno de los mayores enigmas asociados a estos mundos: sus campos magnéticos irregulares y con fuerte inclinación. Algunos modelos los relacionan con capas profundas de agua en estado iónico. Sin embargo, los autores advirtieron que no existen datos directos que confirmen esta hipótesis.
La necesidad de nuevas misiones espaciales
Los investigadores señalaron que la solución pasa por nuevas misiones espaciales dedicadas a Urano y Neptuno. Estas permitirían obtener información directa sobre su estructura interna.
Mientras tanto, el estudio funcionó como una advertencia para la comunidad científica. Las clasificaciones tradicionales podrían responder más a convenciones históricas que a evidencia concluyente. Los planetas más distantes del sistema solar todavía guardan preguntas fundamentales sin respuesta.
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