En lo profundo de la selva tropical de Papúa, en Indonesia, existe una tribu que lleva la vida a las alturas. Se trata de los Korowai, un grupo indígena que construye sus casas en lo alto de los árboles, a alturas que pueden alcanzar los 35 metros.
Estas viviendas se levantan sobre árboles robustos, en su mayoría figueiras (Ficus sp.), conocidas localmente como wanim. Estas especies pueden sobrepasar los 40 metros de altura, lo que permite edificar plataformas elevadas hechas con bambú, cipós y hojas de palmera.
El proceso de construcción puede durar varios días. La comunidad prepara el tronco del árbol seleccionado, lo refuerza y luego edifica la casa con materiales naturales.
Amarran el bambú con cipós y cubren el techo con hojas de palmera, lo que permite proteger el interior de la lluvia y del sol. Las estructuras disponen de áreas para cocinar, descansar y observar el entorno desde las alturas.
Más allá del impacto visual que generan, estas construcciones tienen una función de supervivencia. Permiten a los Korowai protegerse de la humedad del suelo, las inundaciones, los insectos y animales salvajes como serpientes y jabalíes. También, en el pasado, ofrecían resguardo ante posibles ataques de tribus rivales.
La altura de cada casa tiene un valor simbólico. Cuanto más elevada, mayor es el prestigio de quien la construyó.
Algunas estructuras alcanzaron los 35 metros y se accede a ellas mediante escaleras talladas en troncos, aunque estas casas no siempre se usan como viviendas diarias.
En 2024, el creador de contenido costarricense Araya Vlogs visitó a los Korowai y compartió detalles de su experiencia. Durante su travesía, relató que los miembros de la tribu le hablaron abiertamente sobre antiguas prácticas de canibalismo, las cuales, según afirmaron, formaban parte de su cultura como acto de venganza o defensa.
Aunque esa costumbre desapareció con la llegada de los misioneros y el conocimiento de las leyes del país, algunos aún conservan historias de esos tiempos. Además, el youtuber destacó la complejidad de las viviendas elevadas, construidas manualmente hasta a 50 metros del suelo, así como la forma en que cazan, pescan y honran a los animales que les ayudan a sobrevivir en la selva.
La tribu Korowai es considerada una de las últimas comunidades indígenas aisladas del mundo. Su primer contacto con el exterior se dio en la década de 1970, cuando antropólogos y misioneros llegaron a la región.
Aunque una parte de la población se ha trasladado a aldeas cercanas a los ríos, las casas elevadas permanecen como un símbolo profundo de su identidad cultural.
*La creación de este contenido contó con la asistencia de inteligencia artificial. La fuente de esta información es de un medio del Grupo de Diarios América (GDA) y revisada por un editor para asegurar su precisión. El contenido no se generó automáticamente.
