
Un leve pero constante ascenso del terreno en la cima del volcán Taftan, ubicado en el sudeste de Irán cerca de la frontera con Pakistán, reactivó el interés de la comunidad científica.
Según imágenes satelitales, la superficie del cráter aumentó 9 centímetros entre julio de 2023 y mayo de 2024, lo cual genera preocupación sobre un eventual retorno de su actividad.
El Taftan, con una altitud de 3.940 metros, es parte de la cadena montañosa Makran, producto de la colisión entre las placas Arábiga y Euroasiática.
Durante décadas se consideró un volcán extinto, aunque en 1902 emitió humo. Su única actividad visible ha sido la presencia constante de fumarolas, emisiones de gases calientes y azufre.
Un nuevo estudio, publicado el 7 de octubre en la revista Geophysical Research Letters, descartó causas externas como sismos o lluvias intensas.
Los investigadores concluyeron que el cambio puede deberse al acumulamiento de magma, gases y vapor a unos 500 metros de profundidad. Este comportamiento motivó a los científicos a reclasificar el Taftan como un volcán dormido, no extinto.
“Postulamos que los cambios en la permeabilidad a los gases en la parte superficial del edificio volcánico y/o intrusiones magmáticas profundas no detectadas podrían haber provocado el aumento de presión observado. Estas señales recientes indican que Taftan ya no debería clasificarse como extinto, sino como inactivo. Necesita liberarse de alguna manera en el futuro, ya sea de forma violenta o más silenciosa”, explicó Pablo González, vulcanólogo del Instituto de Productos Naturales y Agrobiología (IPNA-CSIC) en España, en una entrevista con Live Science.
La ubicación remota del Taftan y la inestabilidad geopolítica de la región dificultan la instalación de equipos de monitoreo como estaciones GPS. Por esta razón, los investigadores utilizaron datos del satélite Sentinel-1, de la Agencia Espacial Europea, capaces de detectar desplazamientos milimétricos en la superficie terrestre.
El riesgo no es inmediato, pero requiere atención
Pese al levantamiento del terreno, el informe aclaró que no se puede confirmar una erupción próxima. Existe la posibilidad de que el fenómeno esté relacionado con procesos hidrotermales, en los cuales líquidos y gases calientes se acumulan en cavidades subterráneas y provocan deformaciones del suelo.
La evidencia sí sugiere que el Taftan mantiene más actividad de la que se creía. Por lo tanto, los autores del estudio recomendaron establecer sistemas modernos de monitoreo, actualizar los mapas de riesgo volcánico y definir protocolos para mitigar el impacto de una eventual reactivación.
Aunque el Taftan permanece en silencio bajo el desierto iraniano, los científicos siguen vigilantes. Este antiguo coloso, tras 700.000 años de reposo, ahora muestra señales de vida.
*La creación de este contenido contó con la asistencia de inteligencia artificial. La fuente de esta información es de un medio del Grupo de Diarios América (GDA) y revisada por un editor para asegurar su precisión. El contenido no se generó automáticamente.
