El Nacional (Venezuela). Es difícil escapar de la última moda de Internet: Twitter, una manera de publicar y leer mensajes muy breves en la red.
Este fenómeno ha permeado las más diversas áreas de la vida humana. Twitter es una empresa de comunicaciones fundada en 2006 por Jack Dorsey, un arquitecto de software de 36 años de edad que inventó una plataforma de comunicación personal para compartir breves mensajes en un sitio de Internet, como un blog, pero en miniatura.
Hoy, a menos de un lustro de tal invención, millones de personas en el planeta están conectadas 24 horas al día a este invento.
En las compañías de todas partes del mundo se discute su uso como "red social" y, claro, sus aplicaciones en las finanzas corporativas y hasta personales. Mientras tanto, se oye por los pasillos de empresas, desde Nueva York a Pekín, a quienes dicen: "Si no estás en Twitter, no estás en nada". En la sociedad de la hipertextualidad más vale estar muerto que desconectado.
Pero el fenómeno de Twitter va mucho más allá de la tec nología celular, de las fotos engañosas del Facebook y de la misma hiperrealidad posmoderna, si tal cosa es posible. Es una red social que se creó para discutir nimiedades y pronto se convirtió en una plataforma de información instantánea que compite con el Gtalk (Google) y con el Messenger (Microsoft), por su uso comercial, debido a la cantidad de usuarios que registra.
La palabra Twitter significa gorjeo, el sonido que hacen los pájaros en masa en las tardes. A cada una de sus entradas o textos breves se les llama tweets. La extensión de cada frase publicada (llamada, como en los blog, un "post") en Twitter tiene un límite específico de 140 caracteres.
Para tener una idea de la extensión de cada tweet (o entrada), esta frase que lee tiene exactamente 140 caracteres (incluyendo los espacios).
En la extensión de los tweets la interfase de Twitter es muy estricta, pues tiene un numerador que va descontando caracteres mientras el usuario escribe, y no permite la publicación del texto si se excede ese límite.
En el caso de querer incluir un enlace a una nota en otro sitio online, sin embargo, el programa lo abrevia para que no consuma tantos espacios.
Muchos medios internacionales ya se preguntan de qué sirve esta nueva plataforma de comunicación.
¿Tiene utilidad un sistema tan abreviado y escueto?
Pero sus usos aparecen por todas partes. Gajes del mercado, dirían algunos.Twitteratura para todos. Es a un tiempo fascinante y terrorífico ver cómo se descubren nuevos usos para este experimento en vivo y directo de las comunicaciones, una herramienta que hasta hace pocos meses era aparentemente inútil.
La última tiene que ver con la literatura y es la difusión de las bellas letras a través de tweets.
Hace una semana medios estadounidenses dieron a conocer que dos alumnos de la Universidad de Chicago, Alexander Aciman y Emmett Rensin (ambos de 19 años de edad), comprimirán los grandes clásicos de la literatura universal -se mencionaba a Dante Alighieri, Shakespeare, Stendhal y James Joyce.
La idea es reducirlos a 20 tweets o menos, es decir, a 20 oraciones de no más de 140 caracteres cada una.
Twitterature (o Twitteratura, en castellano) será el título del libro que publicará la filial en Nueva York de la editorial inglesa Penguin Books.
Este sello, es irónico, se ha dado a conocer en el mundo angloparlante por publicar en ediciones de bolsillo (paperbacks) cientos de clásicos de la literatura universal, desde los antiguos griegos y romanos y las novelas victorianas, hasta los tomos cruciales de la literatura moderna; es decir, todo desde Aristóteles hasta Truman Capote.
El libro se publicará en septiembre y ya ha generado expectativas entre los "twitteros" -como los blogueros, pero de Twitter- y muchos de ellos han adelantado en la red las propias versiones de sus libros favoritos.
Muchos medios de comunicación e investigadores del ramo se muestran suspicaces frente a esta nueva publicación. La revista Ñ, del diario El Clarín escribía hace una semana: "Los jóvenes alumnos parecen estar más motivados por el dinero -y aprovechar una moda tal vez pasajera- que por la vocación literaria.
Es inconcebible pensar qué valor agregaría leer La divina comedia de Dante en 20 frases de 140 caracteres".
Sin embargo, no todos son detractores de la nueva literatura Twitter y hay quienes la ven como una forma nueva de mercadear libros escuetos para audiencias que buscan estar informadas con lo básico y no un conocimiento profundo.
Los más optimistas prefieren ver la inmediatez escueta de la escritura en tweets como un método de la experimentación que puede llevar a muchos a encontrarse con clásicos a los cuales de otra forma no tuvieran acceso o a jugar con la gramática; estos procedimientos lúdicos fueron celebrados por autores de prosapia, como Julio Cortázar, que hizo arte del juego con letras.
En la vorágine tecnológica en la que ahora Twitter marca la pauta -no se sabe por cuánto tiempo- sólo queda claro que en el nuevo paradigma de la humanidad conectada se afirma la zona de amnesia de la posmodernidad, donde la historia se olvida, la literatura se contrae y la vida se desarrolla sobre rápidas informaciones escuetas.