
México D.F. EFE Dos ancianos octogenarios llamados Manuel e Isidro, son los últimos hablantes fluidos del idioma indígena conocido como ayapaneco.
Según el gobierno mexicano, en la región de Tabasco, el ayapaneco es una de las 25 lenguas en riesgo de desaparición en México, país que se esfuerza por salvar su patrimonio lingüístico.
Además de Manuel e Isidro, solo cuatro personas más en su comunidad son hablantes pasivos, es decir, que comprenden y hablan muy poco de ayapaneco.
Esta es una lengua antigua que carece por completo de gramática y sobre la que hay muy pocos estudios académicos.
Variedad de palabras. Según estudios del Instituto Nacional de Lenguas Indígenas (Inali), antes se creía que en México había entre 56 y 62 lenguas indígenas. Sin embargo, el director del Instituto, Fernando Nava, reconoció que hoy existen cerca de 150 lenguas.
"Las nuevas investigaciones lingüísticas revelaron que lenguas tradicionales como el zapoteco, mixteco y el náhuatl no tienen uno sino varios idiomas", dijo Nava.
La diferencia radica en que los estudios previos contabilizaban como uno todos los grupos culturales y pueblos indígenas asentados en una región del país.
"En México uno de cada ocho habitantes son indígenas y las cifras oficiales indican que 13,2 millones de mexicanos conserva aún sus costumbres y lenguajes indígenas", agregó Nava.
En riesgo. A pesar del gran número de habitantes indígenas, 25 lenguas corren hoy el riesgo de perderse para siempre porque su número de hablantes decrece.
México tiene registrados 141 hablantes de la lengua pápago y 458 hablantes de seri (ambos de la región de Sonora).
En Baja California, hay 201 de lengua paipai, 243 de idioma kumiai y 52 hablantes de kiliwa. Además, se estima que 635 personas en Chiapas usan el lenguaje conocido como lacandón, pero de forma no fluida.
Nava lamentó que los conquistadores españoles y los franciscanos que colonizaron el país no tuvieran mayor sensibilidad con las lenguas indígenas.
"En el período colonial hubo cátedras de lenguajes extintos como el otom, el mixteco y el náhuatl, lo que permitió que tuvieran una gramática, pero hacia el siglo XIX se agudizó el desinterés y se perdieron", explicó.
"Lo preocupante es que ahora hay una gran posibilidad de que entre el conjunto de lenguas muy numerosas en cantidad de hablantes -que todavía existen- haya desapariciones relativamente recientes y muy lamentables", concluyó el experto.