
Tomar una taza de té verde todos los días podría reducir el riesgo de padecer cáncer de pulmón entre los fumadores.
Este es el resultado que sugiere un estudio realizado por la Universidad Médica de Chung Shan de Taiwán, dado a conocer en la conferencia anual de la Asociación Americana de Investigación del Cáncer.
El nuevo estudio detectó que el té verde no solo tiene un alto contenido de antioxidantes –algo que ya se sabía– , sino que también podría incidir en la inhibición del crecimiento de células tumorales.
El estudio. Para llegar a esta conclusión, los taiwaneses reclutaron a 510 personas: 170 pacientes con cáncer de pulmón y 340 personas sanas. En cada caso, evaluaron las edades, situación familiar, grupos étnicos, actividades económicas, hábitos alimenticios e historial de cáncer entre sus parientes.
El estudio también analizó en cada persona los llamados factores de crecimiento insulínicos (GF), que son sustancias que, junto a las hormonas y los neurotransmisores, estimulan el crecimiento de las células del cuerpo.
Todas las personas tenemos GF, pues son vitales para el buen funcionamiento del organismo. No obstante, las deformaciones en ellas pueden favorecer la proliferación de células tumorales en lugar de las células sanas.
Las alteraciones en los factores de crecimiento IGF1, el IGF2 y el IGFBP3 son las que se han relacionado hasta ahora con una mayor predisposición a desarrollar cáncer. Por eso, los taiwaneses buscaron anomalías allí tanto en los fumadores como en los no fumadores.
El análisis reveló que las personas que no beben té verde –fumadores o no– tenían un 5,16 veces más riesgo de cáncer de pulmón en comparación con los que tomaban al menos una taza de té verde diaria.
Además, se identificó que los fumadores que no beben té tienen 12,71 veces más riesgo de cáncer de pulmón que los fumadores que beben al menos una taza diaria.
Finalmente, el análisis también confirmó l o obvio: las personas –fumadores o no– que no tenían predisposición genética al cáncer, y que además tomaban té verde diariamente, tenían hasta un 66% menos de riesgo de padecer cáncer de pulmón que quienes también tomaban té, pero no tenían ninguna predisposición genética.
“El estudio apunta hacia una nueva línea de investigación. Sin embargo, destaco que, como el cáncer es multifactorial, no es posible explicar que aparezca o desaparezca solo por tener predisposición genética o tomar té”, dijo el oncólogo costarricense Adolfo Ortiz.
En el país, el cáncer de pulmón es el cuarto tipo de cáncer más frecuente entre hombres y el sétimo en las mujeres. En el 2008 hubo 290 nuevos casos de cáncer de pulmón, un 66% entre hombres.