Paris
Tras la exitosa implantación en un hospital de París de un corazón artificial autónomo ---una primicia mundial---, otras operaciones similares están previstas en las próximas semanas para ciertos enfermos que están siendo seleccionados.
"También es posible que se hagan implantaciones en Polonia", dijo Philippe Pouletty, cofundador de Carmat, la sociedad que concibió el corazón artificial.
Cuatro hospitales en Bélgica, Polonia, Eslovenia y Arabia Saudita están habilitados para la operación.
Tres días después de la operación, el paciente portador del corazón Carmat, un hombre de 75 años, "está muy bien", dijo Jean-Noël Fabiani, jefe del servicio de cirugía cardiovascular del hospital Georges-Pompidou, donde se efectuó la operación. Los médicos esperan otorgarle al enfermo un mínimo de cinco años de esperanza de vida.
Desde hace diez años, son implantados corazones artificiales en el mundo, pero se trataba de máquinas temporales, colocadas a la espera de un trasplante.
Con el corazón Carmat, "el objetivo es obtener una vida normal con un corazón artificial”.
Este corazón está destinado a los enfermos en situación cardíaca terminal, y demasiado mayores como para esperar un trasplante.
Un colosal mercado se abre para Carmat: unos 100.000 enfermos en Europa y Estados Unidos no pueden recibir un trasplante, por falta de injertos.
Obstáculos. No todo el mundo podrá beneficiarse de este corazón artificial: el aparato, de 900 gramos, es más pesado que un corazón humano (300 g), y solamente puede ser implantado en personas corpulentas: es compatible con el 70% de los tórax de los hombres, y 25% de los de las mujeres.
Otro obstáculo es el precio. Este corazón high-tech cuesta unos $220.000 más sus consiguientes gastos de operación. Solamente los más ricos podrán permitírselo, salvo si la Seguridad Social lo asumiera.