
La historia del Luiz Joaquim, niño que nació en Brasil con síndrome de hipoplasia del corazón izquierdo, mostró un recorrido hospitalario marcado por riesgos constantes y por un proceso médico complejo.
Su madre, Rafaela Koritiake, relató que el pequeño llegó al mundo con un defecto congénito que afectó la estructura del lado izquierdo del corazón. Este impedimento redujo la capacidad para bombear sangre de forma adecuada y mantuvo al menor en condición crítica desde el nacimiento.
La anomalía se detectó en un ultrasonido morfológico del segundo trimestre. Hasta ese momento, la gestación avanzaba sin dificultades. El examen reveló una alteración cardíaca y los especialistas enviaron a la madre a un ecocardiograma fetal, donde recibió la confirmación del diagnóstico. Los médicos le indicaron que el lado izquierdo del corazón del bebé no se desarrolló y que, sin intervención, la condición sería incompatible con la vida.
Ante ese escenario, la madre buscó un equipo médico especializado. Luiz Joaquim nació en la Beneficencia Portuguesa de São Paulo, Brasil, centro elegido por el grado de complejidad del caso. Llegó a las 38 semanas y pasó de inmediato a una UTI cardiopediátrica, donde se mantuvo bajo vigilancia estricta.
A los cuatro días enfrentó su primera cirugía de tórax abierto. Luego, recibió una segunda operación a los cuatro meses y una tercera cuando cumplió tres años y tres meses. En total, el niño permaneció 7 meses y 20 días internado, periodo en el que presentó episodios graves, incluidas varias paradas cardiorrespiratorias.
Durante la recuperación necesitó apoyo de ECMO, tecnología que actúa como corazón y pulmones artificiales. El soporte se mantuvo durante nueve días, hasta que el órgano volvió a funcionar por sí solo.

Secuelas y recuperación cotidiana
El recorrido médico dejó consecuencias importantes. Luiz Joaquim presentó parálisis cerebral, un AVC isquémico y posteriormente recibió diagnóstico de autismo. Sin embargo, logró avances físicos gracias a su proceso de rehabilitación.
La madre indicó que el menor dejó la cama, recuperó movimiento y ya se desplaza casi sin apoyo. También señaló que comprende con dificultad y no habla, situación que atribuye al trastorno del espectro autista.
El periodo de hospitalización de su hijo dejó una huella imborrable en la memoria de Rafaela. “Siempre fue un paciente crítico, y yo siempre fui consciente de los riesgos. Las cirugías son muy delicadas. Y tuvo muchas complicaciones en el postoperatorio, incluyendo varios paros cardiorrespiratorios”, explicó la madre.“Casi lo pierdo varias veces”.
En la actualidad, el niño permanece estable, come por la boca, respira sin dispositivos y acude a valoraciones médicas cada tres meses. La familia continúa enfocada en fortalecer su autonomía y mantener su condición cardíaca en equilibrio.

Una cardiopatía de alto riesgo
La cardiopatía congénita corresponde a una malformación en la estructura o funcionamiento del corazón presente desde el nacimiento. El diagnóstico inicia con un ultrasonido morfológico y, ante cualquier alteración, los especialistas recomiendan un ecocardiograma fetal.
Según el cirujano cardiovascular pediátrico José Cícero Stocco Guilhen, lo ideal es que este examen se realice entre las semanas 25 y 28, periodo en el que se identifica cerca del 70% de las anomalías.
El especialista señaló que la mayoría de los casos se origina en mutaciones genéticas durante la formación fetal. Sin embargo, diabetes gestacional, consumo de alcohol y uso de litio pueden aumentar el riesgo.
El síndrome de hipoplasia del corazón izquierdo se considera una de las cardiopatías más críticas. En esta condición, las estructuras del lado izquierdo son demasiado pequeñas para suplir las necesidades del organismo.
El ventrículo izquierdo, encargado de bombear sangre oxigenada al cuerpo, no logra cumplir su función. En estos casos, el flujo sanguíneo depende del canal arterial, conexión que se cierra después del nacimiento.
Si el cierre ocurre sin intervención médica, el bebé enfrenta riesgo extremo. El cirujano explicó que, sin tratamiento en los primeros 15 días, la mortalidad supera el 80%.
*La creación de este contenido contó con la asistencia de inteligencia artificial. La fuente de esta información es de un medio del Grupo de Diarios América (GDA) y revisada por un editor para asegurar su precisión. El contenido no se generó automáticamente.
