Sus investigaciones con adolescentes empezaron cuando estudiaba la violencia en relaciones adultas. Veía mujeres que, pese a tener todos los motivos para dejar a su pareja, seguían a su lado, y se preguntó si había algo que se gestaba desde antes.
Y así, el psicólogo español Jose Luis Rodríguez Franco concluyó que la violencia se gesta en las relaciones adolescentes.
“Los adolescentes no tienen factores que los hagan permanecer con su pareja; es decir, no hay dependencia económica pues dependen de sus padres, no hay un contrato de matrimonio por lo que no hay que pensar en divorcio, no hay bienes comunes y, en la gran mayoría de los casos, no hay hijos. ¿Entonces por qué cuesta terminar tanto estas relaciones?”, señaló.
Rodríguez descubrió que, aunque no hay un perfil definido del agresor, sí hay ciertas señales características.
Quienes agreden manipulan no solo a su pareja sino también a los amigos de esta e incluso a sus padres. Son narcicistas y piensan mucho en ellos. Además, son muy hábiles.
“No todos los días son de celos y de control, también hay etapas en donde el agresor o agresora se comporta de maravilla y hace que el otro se apegue más, pero también genera un ambiente de desconfianza e incertidumbre que daña a la víctima”, agregó el especialista, quien lleva 18 años de investigar el tema.
La víctima tiende a ser una persona a la que le gusta quedar bien con los demás, busca ser popular o tomado en cuenta y tiene una autoestima baja .
“¿Cómo luchar contra esto? Es algo tan complejo que aún no tenemos respuesta”, confesó.
No obstante, el psicólogo aseguró que una buena forma de atacar el problema es que el adolescente observe relaciones sanas a su alrededor, ya sea en sus padres, en hermanos mayores o en amigos de sus padres.
“Hay otra lucha que debemos hacer como sociedad, por más campañas que hagamos, mientras se vea violencia en la televisión y en la publicidad, será más difícil detenerla”, concluyó.