La Agencia de Control de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) propuso esta semana cambios en el etiquetado nutricional de los productos alimenticios que se elaboran en ese país.
La propuesta, que entró en un período de discusión de 90 días, incluye que el número de calorías que contiene un artículo se vea de forma más grande y destacada. La cantidad de calorías por porción también será más grande, así como cuantas porciones trae el envase y de qué tamaño es cada porción.
Los tamaños de las porciones fueron readecuados a la cantidad promedio que la gente consume, y no a la cantidad que se debería comer según los nutricionistas.
“El objetivo no es decirle a la gente lo que debe comer, sino ampliar y destacar la información que necesita al escoger los alimentos. Ofrecer información que la gente pueda usar para tomar sus propias decisiones”, explicó Claudine Kavanaugh, especialista de la FDA.

Otras modificaciones. Los usuarios ya no notarán en las etiquetas cuántas calorías provenientes de la grasa tiene cada alimento, pero sí estaría incluida la cantidad de grasa y el tipo de grasa que contiene cada producto.
Además, las personas verán la cantidad de azúcares añadidos al producto y las cantidades de potasio y vitamina D en cada uno.
“Demasiada azúcar en una dieta puede contribuir a la formación de caries, obesidad, dificultad para controlar la diabetes tipo 2, niveles más altos de triglicéridos”, manifestó Kavanaugh.
El porcentaje de cada nutriente dentro de la dieta diaria ideal también cambiará de lugar para tener mayor prominencia y que los consumidores la lean mejor.
Impacto nacional. En Costa Rica, el etiquetado se rige por las recomendaciones de Codex Alimentarius, comisión encargada, en el ámbito internacional, de vigilar los contenidos de los alimentos. Por ello, el impacto de la FDA no es mayor.
Además, el Ministerio de Economía, Industria y Comercio (MEIC), da las pautas de etiquetado.
Para la nutricionista costarricense Nancy Murillo, los cambios son necesarios y destacó que es muy importante que el etiquetado diga claramente cuánta azúcar añadida tiene cada producto, pues no siempre se dice con claridad.
“Un error muy común es creer que la porción es un envase completo. Por ejemplo, hay botellas de medio litro de refresco, pero tienen dos porciones, y si se toma toda la botella hay que multiplicar las calorías y todo el contenido por dos, y eso la gente no lo hace”, resaltó Murillo.
Añadió que todo “consumidor tiene derecho de saber qué está comiendo y de que esa información sea clara. La idea es que la persona tenga clara cuál es la porción y qué es lo que pasa cuando se está comiendo esa porción”.
