
Es un mal neurodegenerativo que no solo se caracteriza por pérdida de la memoria, sino porque aún desata más preguntas que respuestas para la ciencia. Las nuevas investigaciones del alzhéimer se concentran ahora en una proteína que es conocida desde hace años, pero era poco estudiada.
“Durante años, la ciencia se concentró en buscar respuestas en las placas betaamiloides (placas que se forman en el cerebro de personas con este trastorno), pero no nos dan todas las respuestas. Por eso, ahora se estudia la proteína TAU, que es vital en el desarrollo de la enfermedad”, explicó, durante una visita a Costa Rica, Murray Rasking, subdirector del Departamento de Psiquiatría y Ciencias del Comportamiento de la Universidad de Washington.
La proteína TAU está dentro de las neuronas y es la encargada de “limpiar” las células cerebrales de proteínas tóxicas o no deseadas. Cuando la TAU deja de funcionar, las neuronas no pueden “tirar esa basura” y comienzan a morir. Esta muerte lleva, poco a poco, a la pérdida de la memoria.
“Ahora nos concentramos en ver la TAU anormal, en ver cómo cambia y qué modificaciones va causando en el cerebro, pero toma tiempo para llegar a conclusiones”, aseguró.
Aporte. Para Rasking, estos descubrimientos serán vitales en la forma de tratar el alzhéimer, aunque falta camino por recorrer. “En estos momentos no hay vacuna ni cura definitiva para la enfermedad. Lo que logramos con los tratamientos que hay actualmente es hacer más lenta la aparición de los síntomas o tratar de ‘estancar’ su manifestación. Los nuevos estudios tal vez puedan darnos más respuestas”.
Mientras tanto, ¿qué puede hacer una persona que tenga algún factor de riesgo?
El especialista reconoce que sí es cierto que existe un riesgo genético que eleva las posibilidades de sufrir este mal. Sin embargo, estudios apuntan a que hay ciertas prácticas que pueden aminorar la probabilidad de desarrollo el trastorno.
“Si una persona tiene riesgo de padecer alzhéimer, podría contrarrestarlo de alguna forma con los hábitos”, sostuvo Rasking.
“Algunos especialistas hablan de entrenar la mente con crucigramas o juegos para la memoria, pero también ejercitar el cuerpo es beneficioso y, aunque parezca increíble, todo lo que aumenta el riesgo de infarto también aumenta el riesgo de desarrollar alzhéimer, así que un buen primer paso sería dejar de fumar”, concluyó.
