
Un estudio confirmó que los antibióticos no solo atacan las bacterias que causan males a un individuo, sino también aquellas que tienen un papel benéfico en órganos como el intestino.
La investigadión de varios expertos de la Universidad de Stanford, en Estados Unidos, evaluó los efectos del consumo adecuado de un antibiótico en las bacterias benéficas del intestino de tres individuos saludables.
Estos microorganismos cumplen un papel clave en el proceso de nutrición, en el desarrollo del metabolismo y en la respuesta inmune del organismo.
Como resultado se halló que un tercio de la comunidad de bacterias “buenas” fueron afectadas por el antibiótico, es decir, se redujo su abundancia.
Los expertos descubrieron, además, que buena parte de las comunidades de bacterias volvieron a reproducirse y recuperaron su nivel previo al tratamiento, luego de cuatro semanas.
Sin embargo, también se halló que a otros grupos de microorganismos les tomó hasta seis meses recuperar su nivel previo.
Efectos. “Un tratamiento de antibióticos cambia la estructura de la comunidad microbiana”, señaló en un comunicado de prensa Mitchell Sogin, uno de los autores que participó en el estudio.
“Algunos tipos de bacterias cuya abundancia era baja antes del tratamiento pueden florecer, y otros tipos que eran más abundantes pueden decrecer”, afirmó.
Según él, esto hace que algunos individuos se recuperen rápidamente, mientras que otros podrían tardar hasta meses.
El especialista agregó que este cambio afecta la manera en que estos microorganismos mantienen a aquellos que causan enfermedades en niveles manejables.
“Algunas bacterias que normalmente no causan problemas pueden crecer más rápido y causar enfermedades”, señaló.
Para realizar el hallazgo, los expertos tomaron muestras de heces de los tres participantes, antes, durante y después de darles a ingerir el antibiótico ciprofloxacina.
Las muestras fueron analizadas con pruebas de ADN que permitieron a los científicos identificar más de 5.600 especies y cepas de bacterias que habitan en el intestino de los voluntarios.
Cuidado. Por su parte, la ministra de Salud, María Luisa Ávila, quien es especialista en infectología, señaló que existen opciones como el consumo de yogur para mitigar los efectos secundarios del antibiótico en un paciente.
“Este producto ayuda a las bacterias normales del intestino a crecer”, comentó.
Ávila comentó que el estudio –a pesar de evaluar una muestra limitada de personas –confirma que los antibióticos solo deben usarse cuando realmente se necesitan para atacar infecciones.
“Un uso frecuente de antibióticos genera bacterias que son difíciles de combatir, es decir, crean resistencia a estas drogas”, dijo.
Esta resistencia no solo afecta a la persona portadora del microorganismo, sino también a otro individuo que la adquiera y cuyas defensas sean débiles.
Desde el año 2000, un decreto ejecutivo prohíbe la venta de antibióticos sin receta médica.
No obstante, Ávila reconoce que al Ministerio siguen llegando denuncias de farmacias que venden este producto sin el aval de un médico.
“Las personas tienen que tomar conciencia de los beneficios y efectos adversos de los antibióticos. Se debe evitar la automedicación”, añadió.