Aunque muchos estudios hablan de las bondades del agua, la investigación de Hannia Campos arrojó que este líquido no es tan importante para evitar el síndrome metabólico. El reporte señala que el agua no aporta ni riesgos ni beneficios a este síndrome.
“El agua no hace daño como los jugos procesados o gaseosas, pero está la opción que sí nos beneficia, y es acompañar nuestras comidas con una bebida natural hecha en casa”, dijo la Campos.
“Hay gente que cree que siempre hay que poner azúcar porque hay frutas muy ácidas, pero pueden combinarlos con otras más dulces, y así tener una opción dulce y saludable”, añadió.
La nutricionista Adriana Navarro defiende el agua como una buena medida. “Un hábito muy deseable es el tomar agua fresca, es un excelente hidratante, de bajo costo y sin calorías”, dijo.
Navarro insiste en que no debe perderse de vista que las frutas tienen azúcar natural (fructuosa), por lo que, si son porciones grandes y a esto se le añade más azúcar, el daño es mayor.