Las sesiones controladas de ejercicio físico son más efectivas que el entrenamiento esporádico para contrarrestar las tendencias depresivas.
Así lo demostró un trabajo realizado por investigadores de la Universidad Autónoma Nacional de Honduras en 137 militares y policías hondureños.
Ernesto Betancoruth, autor principal del estudio, explicó que mediante el análisis psicológico de los 137 voluntarios detectaron quiénes sufrían de síntomas depresivos y quiénes no.
“Según la clasificación estándar en psicología, existen dos tipos de personalidad: las personas con personalidad tipo A, quienes son muy competitivas, autoexigentes y adictas al trabajo, y aquellas de tipo B, quienes son más relajadas y maduras”, indicó.
Intervención. Luego del análisis de cada uno de los sujetos, los dividieron en dos grupos.
A un grupo se le preparó una rutina esquematizada y supervisada de ejercicios. Al segundo, lo dejaron realizar su rutina de ejercicio acostumbrada.
“Al final de la intervención, volvimos a medir la frecuencia de los síntomas de depresión en ambos grupos (...) quienes habían sido controlados y, principalmente, motivados por sus entrenadores, presentaron un beneficio mucho mayor”, apuntó Betancourt.
Luego del trabajo junto a los entrenadores, el 75% de los individuos del grupo intervenido mostraron una reducción en la frecuencia de los síntomas depresivos. Sin embargo, en el grupo que no recibió la rutina controlada hubo varios sujetos que presentaron un aumento en la frecuencia de tales síntomas.