
La habilidad de los gatos domésticos para acomodarse en espacios reducidos ha intrigado tanto a científicos como a sus propietarios.
Esta capacidad responde a un proceso de adaptación evolutiva que les permitió sobrevivir en ambientes hostiles.
Los felinos suelen buscar lugares pequeños y cerrados porque les proporcionan una sensación de seguridad, tanto física como psicológica. Esta conducta les ayuda a minimizar la exposición a depredadores, mientras mantienen control visual y sensorial sobre su entorno.
Este comportamiento proviene de sus ancestros salvajes, quienes desarrollaron esta preferencia como parte de su mecanismo de defensa y supervivencia.
En redes sociales abundan los videos de gatos introduciéndose en cajas, macetas o cualquier recipiente en el que puedan permanecer inmóviles por largos periodos. Esta habilidad es tan sorprendente que algunos los describen como animales “líquidos”.
La explicación científica se basa en dos características clave de su estructura ósea. Primero, los omóplatos de los gatos están conectados al cuerpo por músculos y no por huesos, lo que les otorga una movilidad superior.
Además, sus clavículas son pequeñas y poco desarrolladas, lo que permite que sus hombros colapsen hacia adentro sin causar daño o incomodidad. Esta configuración facilita que pasen por espacios estrechos sin quedar atrapados.
Según expertos citados por el sitio especializado Live Science, esta flexibilidad estructural les ayudó a evitar depredadores y a acceder a zonas difíciles donde podían atrapar presas. Así, la evolución reforzó este rasgo anatómico como una ventaja competitiva.
Su independencia, posturas inusuales y esta capacidad para entrar en cualquier rincón han despertado el interés de especialistas en comportamiento animal y fisiología.
*La creación de este contenido contó con la asistencia de inteligencia artificial. La fuente de esta información es de un medio del Grupo de Diarios América (GDA) y revisada por un editor para asegurar su precisión. El contenido no se generó automáticamente.
