El caso, que se ha mantenido en la palestra por años, se originó durante una epidemia de meningitis que acabó con la vida de 1.100 personas en esa población africana.
En ese entonces, Pfizer llegó al territorio de Kano con la promesa de un nuevo fármaco contra aquella enfermedad.
Tras reclutar a 200 niños, la farmacéutica inició un estudio con su medicamento Trovan, pero 11 de los participantes en el ensayo clínico fallecieron y muchos otros padecieron serios problemas de salud, entre los que se mencionan fallos orgánicos y daños cerebrales irreversibles. Tras dos semanas en esa ciudad, Pfizer canceló el estudio y se marchó de la zona.
Diez años más tarde, en el 2007, el Estado de Nigeria presentó la demanda contra la mayor farmacéutica del mundo por un monto de $2.000 millones.
Durante dos años, el juicio transcurrió prácticamente sin novedades, pero esta semana trascendió que la farmacéutica está negociando los términos de un acuerdo con Nigeria. Extraoficialmente se habla de $75 millones.
En un comunicado la farmacéutica apunta que las negociaciones siguen en proceso. Sin embargo, la firma estadounidense reitera que fue la meningitis, y no su fármaco, la que provocó tanto la muerte de los niños como los demás efectos secundarios.
Pfizer asegura que Trovan ha salvado vidas. No obstante, el fármaco ha dejado de producirse.
Parece ser que estos hechos sirvieron de inspiración a John Le Carre para escribir su novela El jardinero fiel , que después fue llevada al cine.