
Un robot submarino que operó bajo los glaciares Denman y Shackleton, en el este de la Antártida, regresó a la superficie después de ocho meses sin comunicación. El dispositivo aportó datos inéditos sobre zonas inaccesibles, claves para evaluar la estabilidad del hielo y las posibles variaciones futuras en el nivel del mar.
El equipo formó parte del programa internacional Argo. El robot quedó atrapado bajo una extensa capa de hielo. Aun así mantuvo sus mediciones de temperatura, salinidad, presión, oxígeno, pH y nitratos. Los especialistas del CSIRO y del Australian Antarctic Program Partnership analizaron la información. Los resultados se publicaron en la revista Science Advances.
Los datos mostraron un contraste claro entre ambas plataformas. En Shackleton no se detectó ingreso de aguas cálidas, lo que indica mayor estabilidad. En Denman sí se registró una señal de entrada de agua templada. Ese fenómeno podría acelerar la fusión y provocar un retroceso inestable con efectos directos en el nivel del mar.
El robot documentó por primera vez un transecto completo bajo una plataforma de hielo en el este antártico. Logró observar una capa de apenas 10 metros donde ocurre el intercambio de calor entre el océano y el hielo. Según los investigadores, esta hazaña se consiguió gracias a la reconstrucción posterior de la ruta del dispositivo. Para esto compararon impactos contra el hielo y datos satelitales.
Los autores señalaron que la información reunida permitirá mejorar los modelos climáticos y las proyecciones sobre la evolución del sistema polar. Para la científica Delphine Lannuzel, el hallazgo confirma que instrumentos autónomos y de pequeño tamaño pueden transformar la comprensión de regiones remotas y anticipar riesgos para zonas costeras habitadas.
*La creación de este contenido contó con la asistencia de inteligencia artificial. La fuente de esta información es de un medio del Grupo de Diarios América (GDA) y revisada por un editor para asegurar su precisión. El contenido no se generó automáticamente.
