Con una exposición de la joven artista Silvia Ramos abrió sus puertas el Café-Galería Malpaís, un nuevo espacio en San Pedro de Montes de Oca para la promoción de arte emergente.
Ramos presenta una selección de ocho pinturas de sus dos primeras exposiciones individuales “Reminiscencias” y “Seres efímeros”, que se exhibieron el año pasado en San Ramón y en barrio Escalante, respectivamente.
En su tercera muestra individual, la artista – hija del reconocido escultor Domingo Ramos– abarca dos temas fundamentales de su exposiciones anteriores: la nostalgia por los recuerdos de la infancia y sus inquietudes personales sobre el carácter efímero de la vida.
Seres frágiles. Las obras de Ramos se caracterizan por ser expresionistas, espontáneas e introspectivas. Los personajes de sus cuadros llaman la atención por sus grandes ojos a medio abrir y sus cuerpos llenos de cicatrices.
Pese a su apariencia grotesca, estas figuras traen al presente recuerdos –en su mayoría gratos– que han dejado profundas huellas en la existencia de la artista. Las obras Personificación , Reciprocidad , La confianza y Años más están dedicadas a una etapa que la creadora, de 28 años, recuerda con gran melancolía: la infancia.
“En estos trabajos hago alusión a los sentimientos e imágenes mentales que guardo sobre la época de mi niñez . Muchas veces estos recuerdos pueden llegar fragmentados y un poco deformados por el correr del tiempo”, dijo la pintora.
Y es que es un grupo de personajes de apariencia monstruosa el que trae al presente aquellos lindos años que ya no volverán: los juegos infantiles, el abrazo protector de sus papás, las fiestas de cumpleaños y hasta los temores nocturnos.
Los seres que aparecen en las otras cuatro pinturas Libertad , Destino en común , Espíritu libre y Elegido encarnan las emociones y sentimientos contradictorios que acumulan las personas durante sus vidas. Las obras están colocadas de tal forma que los personajes parecen estar tomados de la mano.
“Con estas pinturas quiero compartir las reflexiones que me planteo a partir de mi condición de ser humano sobre lo frágil y efímera que es la existencia”, explicó.
Las cicatrices en los cuerpos representan las experiencias que dejan huellas emocionales en las personas y los ojos entrecerrados simbolizan la necesidad del ser humano de mirar no solo hacia afuera, sino hacia adentro para encontrarse consigo mismo.
La muestra está este mes en el Café-Galería Malpaís, en San Pedro de Montes de Oca, frente al supermercado Muñoz y Nanne.