
Un naufragio del siglo XIX apareció de forma inesperada en el fondo del lago Ontario, en Canadá. La embarcación se localizó a unos 100 metros de profundidad, cerca de Toronto, durante una expedición que buscaba otro barco hundido del siglo XX. El hallazgo sorprendió por su estado de conservación y por su posible valor histórico.
El descubrimiento ocurrió cuando un grupo de buzos canadienses intentó identificar los restos del Rapid City. Se trataba de una escuna de dos mástiles construida en 1884 y hundida en 1917. La búsqueda se basó en una anomalía detectada en 2017 durante un levantamiento con cable de fibra óptica en el fondo del lago.
Las imágenes obtenidas en el descenso cambiaron la investigación. La nave observada no correspondía al Rapid City. Los registros mostraron un barco de madera intacto, con su estructura completa y los dos mástiles aún en posición vertical.
La profundidad jugó un papel clave en la conservación. El sitio quedó protegido de anclas, redes de pesca y buceo recreativo. Esa condición permitió que la embarcación permaneciera casi intacta durante décadas, sin alteraciones visibles causadas por la actividad humana.
Los especialistas indicaron que el diseño del navío apunta a una antigüedad mayor a la prevista. La embarcación se habría construido entre 1800 y 1850, un periodo con escasa documentación sobre la navegación en los Grandes Lagos.
El arqueólogo marítimo James Conolly analizó varios elementos estructurales. Señaló el uso exclusivo de cordajes sin refuerzos metálicos, una práctica común antes de la década de 1850. También destacó la ausencia de un timón en la popa, la falta de un guinche de orza y un modelo antiguo de guinche de ancla.
Otro rasgo relevante fue la inexistencia de una quilla retráctil. Esa innovación se popularizó en los Grandes Lagos durante la construcción del segundo canal Welland en los años 1850. Estos detalles sugieren que el barco podría ser entre 50 y 100 años más antiguo de lo estimado en un inicio.
De confirmarse la datación, el naufragio ofrecería información clave sobre un periodo poco documentado de la historia regional. Entre 1800 y 1850, el comercio entre Canadá y Estados Unidos impulsó un crecimiento económico acelerado en la zona.
Durante ese tiempo, numerosos barcos se construyeron en pequeños astilleros locales. Muchos de ellos dejaron pocos registros oficiales. Las tormentas frecuentes y los accidentes provocaron altas tasas de pérdida de embarcaciones.
La rápida transición de la navegación a vela hacia los barcos de vapor también influyó. Muchos diseños quedaron obsoletos y se abandonaron sin documentación detallada, lo que limita el conocimiento actual sobre esa etapa.
En el fondo de los Grandes Lagos se estiman alrededor de 6.500 naufragios. Sin embargo, pocos presentan un nivel de preservación tan alto como el hallado en el lago Ontario.
El equipo de exploración planea regresar al sitio en la próxima temporada de buceo. El objetivo será realizar un levantamiento dimensional detallado y recolectar muestras de madera. Estos análisis permitirán precisar la edad del barco y, eventualmente, identificar el astillero donde se construyó.
*La creación de este contenido contó con la asistencia de inteligencia artificial. La fuente de esta información es de un medio del Grupo de Diarios América (GDA) y revisada por un editor para asegurar su precisión. El contenido no se generó automáticamente.
