EFE
Roma. Los Museos Capitolinos, que contienen la colección pública más antigua de Roma, han ampliado su estructura con una nueva sala diseñada por el arquitecto Carlo Aymonino para albergar la estatua ecuestre original en bronce del emperador Marco Aurelio.
Con más de 1.800 años de antigüedad, el monumento de Marco Aurelio (161-180) es el único ecuestre de la época imperial que ha llegado entero hasta nuestros días y desde el viernes está a la vista del público en una sala diseñada especialmente para ello.
En la exedra, la nueva ala que tiene el techo totalmente de cristal, el emperador comparte espacio con otros dos compañeros de lujo: la gigantesca cabeza de Constantino, resto de una estatua de 12 metros que representaba al emperador sentado, y un Hércules capitolino en bronce dorado.
Las autoridades de Roma esperan que este espacio sea el hogar definitivo de este tesoro en bronce dorado, después de varios siglos de periplo por diferentes parajes de la Ciudad Eterna.
Traslado del emperador. Se desconoce cuál era su emplazamiento original, aunque los historiadores apuntan a que lo más probable es que fuera el Foro Romano.
Lo único que se sabe con certeza es que en el siglo X se encontraba en los jardines de la basílica de San Juan de Letrán, donde permaneció hasta 1538.
En enero de aquel año el papa Pablo III ordenó que el monumento se trasladara a la colina de Capitolio, sede de las autoridades municipales, y un año más tarde el Senado romano decidió pedirle a Miguel Ángel que se encargara de colocar la estatua en un lugar destacado.
Fue entonces cuando el gran artista renacentista diseñó la bella plaza del Capitolio y situó en el centro el pedestal sobre el que el gran jinete de bronce presidió la colina durante más de cuatro siglos.
Un atentado en 1979 contra el Ayuntamiento de Roma, a pocos metros de la estatua, llevó a las autoridades a revisarla y comprobar que algunas zonas estaban corroídas y las patas del caballo tenían grandes fisuras, con lo que comenzó un proceso de restauración que se prolongó durante nueve años.
Para sustituir al original, se construyó una copia milimétrica que fue colocada sobre el pedestal que diseñó Miguel Ángel, para disfrute de romanos y turistas mientras la milenaria figura permanecía en una sala secundaria de los Museos Capitolinos, hasta que se le encontrara un hogar adecuado.
Ahora, la estatua del emperador se muestra en un sitio acorde con su importancia.
"El emperador estaba en el lugar equivocado; ahora ha recuperado la posición que tenía hace años, en medio de la luz de Roma", subrayó el alcalde romano, Walter Veltroni, durante la inauguración.