“La única lana autorizada para ser comercializada es la de potrero y se caracteriza por su color verde.
“Las lanas blancas, rojas, amarillas o las que cuelgan o están adheridas a los árboles, arbustos o rocas, por ejemplo, la barba de viejo y lana seda no están autorizadas para su recolección ni comercialización”.
Con esas palabras Grettel Vega Arce, directora ejecutiva del Sistema Nacional de Áreas de Conservación (Sinac), explicó la diferencia entre la lana legal y la ilegal durante esta época, donde una gran parte de la población sale en busca de este producto para la elaboración de su portal.
La jerarca considera que la población puede usar materiales alternos o bien decantarse por adquirir el producto de manera legal, el cual se puede identificar con una calcomanía que tiene el logo de la institución.
Los permisos para comercialización del musgo lícito se tramitan, regularmente, en las áreas de conservación Central y Amistad- Pacífico, debido a que es en zonas como el Cerro de la Muerte donde crece este tipo de vegetación.
Fabricio Carbonell Torres, coordinador de Vida Silvestre del Área de Conservación Central, detalló que el musgo de potrero crece a más de 1.500 metros de altura, en áreas frías y húmedas.
“Para dar la autorización de extraer y comercializar el musgo de un potrero se verifican una serie de aspectos y, además, se brindan una serie de indicaciones para que el comerciante se ajuste a lo estipulado.
“Cuando la extracción es de un área protegida o parque nacional el delito es más grave que cuando se extrae de una finca sin permiso”, afirmó Carbonell.
Destacó que ante el aumento en la demanda de este producto durante octubre, noviembre y diciembre, para la elaboración de portales, se intensifican los operativos de control, por lo que se visitan ferias del agricultor, chinamos navideños e incluso, de ser necesario, se realizan controles en carretera.
Mencionó que cada oficina decide qué sitios visitar y, a partir de una planificación, datos previos obtenidos o sospechas, es que se hacen los recorridos.
“Son operativos hechos con planificación, pero a veces, por falta de personal, no podemos cubrir todo lo que queremos.
“Regularmente, la gente que hace comercio ilegal entra al lugar durante la noche y la madrugada, saca el musgo y lo pone en sacos para enviarlo al Valle Central, donde el comercio es más intenso”, aseguró Carbonell.
El funcionario reconoce que en casos en los que se detecta un nivel de riesgo más alto para ellos, piden apoyo a la Fuerza Pública y, de ser necesario, al Organismo de Investigación Judicial (OIJ).
Añadió que, históricamente, se ha detectado que las personas que extraen la lana ilegalmente actúan tanto solos como en grupo.
Castigo administrativo
La Ley de Conservación de Vida Silvestre establece que cuando se detecta el trasiego de la lana ilegal, esta debe ser decomisada.
Asimismo, los funcionarios encargados de la diligencia presentan una denuncia, para que sea un juez contravencional el que defina si se impone o no una multa.
El artículo 90 establece “una multa de uno a tres salarios base (de ¢446.200 a ¢1.338.600) o una pena de prisión de dos a cuatro meses a quien extraiga o destruya, sin autorización, las plantas o sus productos en áreas oficiales de protección o en áreas privadas debidamente autorizadas”.
En tanto, en el apartado 104 se establece que “será sancionado con multa del 15% al 30% de un salario base a quien extraiga o comercie, sin autorización del Sinac, flora silvestre, cuando no se configure un delito o contravención de mayor gravedad”.
Daño ambiental
Angie Sánchez Núñez, encargada de Vida Silvestre del Sinac, y Juan Carlos Villegas Arguedas, jefe del Departamento de Prevención, Protección y Control de la entidad, destacaron que la extracción indiscriminada de lana constituye un daño al ambiente.
“La lana es un organismo muy importante en ecosistemas montanos y en zonas con mucha humedad. Ella cumple un papel fundamental en los ecosistemas, ya que protege la vegetación, retiene el agua que hay en el ambiente y la suelta poco a poco en las épocas donde hay menos humedad, también retiene o absorbe los minerales que hay en el agua y en el ambiente y los incorpora a la materia orgánica del ecosistema”, aseveró Sánchez.
Asimismo, esta vegetación es usada por insectos, aves y mamíferos para elaborar nidos o refugios.
En tanto, Villegas destacó que la ciudadanía debe hacer conciencia y actuar amigablemente con la naturaleza, para que los trabajos conjuntos permitan garantizar su conservación.
“La fragmentación y destrucción de los ecosistemas trae como consecuencia la desaparición progresiva de especies como los musgos, lo que redunda en la disminución del recurso hídrico.
“El musgo constituye un elemento de la naturaleza, captador de agua para mantener húmedos los bosques y contribuir al ciclo de vaporización, lo que se puede ver como neblina o garúa”, enfatizó Villegas.
Finalmente, dijo que “la extracción de este tipo de musgo en grandes cantidades de una misma zona puede dañar el equilibrio del ecosistema del lugar y la persistencia de la especie en la zona, además de provocar la erosión del suelo”.
La ciudadanía puede denunciar la extracción, trasiego y venta ilegal de lana al 9-1-1, 1192 o en la plataforma digital del SINAC.