Un nuevo bivalvo conocido como Lithoredo Abatanica fue descubierto el pasado miércoles en las orillas del río Abatan en la Filipinas. Esta especie, de la familia de los moluscos, se alimenta exclusivamente de piedras y excreta arena.
El nuevo espécimen hallado durante una expedición del Centro del Legado del Genoma Oceánico del Noreste y, descrito por primera vez en un estudio publicado por la Proceedings of the Royal Society B., se diferencia anatómica y morfológicamente de los demás moluscos por su peculiar apetito.

Su parientes más cercanos, los teredos (xilófagos) son conocidos por ser gusanos que se alimentan de la madera de los barcos en el mar. No obstante, el Lithoredo Abatanica se alimentan exclusivamente de piedras en las orillas de los ríos.
El proceso digestivo de este bivalvo es completamente desconocido para la comunidad científica. Todos los órganos adaptados para la digestión de la madera, como la denticulación aguda que se encuentran en los xilófagos, están ausentes en esta especie.
En vez, utilizan sus bocas con forma de concha para cavar túneles a través de la roca caliza. Finalmente, esta piedra es expulsada por el canal anal en forma de arena.
Los científicos especulan que podría alimentarse de las bacterias presentes en su branquias, o bien, que utiliza las piedras para moler planctons y demás microbios.
No obstante, aún no se sabe a ciencia cierta la dieta de este organismo.

De igual manera, se determinó que además de no alimentarse de madera, esta no es un elemento primordial en su vida, a diferencia de los demás xilófagos que habitan en la madera al inicio de su ciclo de vida y luego migran a los sedimentos.
Según el estudio, los especialistas creen que “parece poco probable que Lithoredo Abatanica haga una transición similar de la madera a la roca. En primer lugar, el examen cuidadoso de la madera sumergida que se encuentra cerca de la piedra caliza carbonatada perforada, no contenía evidencia de L. Abatanica”.

“Por otro lado, mostramos que L. Abatanica penetra e ingiere piedra caliza, que se acumula en las entrañas de los animales y se expulsa de los sifones como partículas de grano fino. Esta estrategia de excavar en la roca por ingestión es, según nuestro conocimiento, única entre el reino animal”, aseguraron los investigadores en el estudio.
Estos hallazgos refuerzan la conclusión de los expertos de que la macrobioerosión perforadora de rocas, no se limita a los ambientes marinos.
Inclusive resaltaron la importancia de L. Abatanica como ingeniero de ecosistemas, al impulsar la creación de nichos que a su vez aumentan la complejidad del hábitat para una gran cantidad de organismos de agua dulce.

De acuerdo con los investigadores, el proceso de erosión de las piedras a arena, ocasiona la transformación de la orilla del río, lo que en su momento podría causar un cambio de dirección en el torrente.
En los túneles creados por este bivalvo los científicos descubrieron cangrejos, camarones, caracoles, entre otros organismos que ahí residían. Esto, al parecer, deja clara la importancia de este espécimen en el ecosistema del río.
Al ser descubierto
Al extraer el molusco de una profundidad no mayor a los dos metros, los científicos utilizaron la metodología de microscopía electrónica de barrido (SEM, por sus siglas en inglés) para determinar las características y descripción taxonómica de las válvulas de la concha y para determinar la presencia de bacterias asociadas a las branquias.
Además, se realizó un análisis elemental utilizando rayos X para establecer la composición mineral de la rocas perforadas e ingeridas.
Por último, se realizó un análisis de ADN utilizando tejidos de la especie para determinar la estructura nuclear del molusco.
