
El aumento de temperatura del mar, pronosticado por el reciente Informe sobre Cambio Climático, convertiría la Amazonia en un bosque más seco y cálido, un cambio que se hará sentir en todo el continente americano.
“Si cambiamos la Amazonia cambiamos todo un ciclo continental”, afirmó Arnaldo Carneiro, investigador del Instituto Nacional de Investigaciones Amazónicas de Brasil (INPA), quien impartió una charla el viernes pasado en la Universidad de Costa Rica.
El 60% de las precipitaciones del sur y sureste del continente americano proviene de la humedad del Amazonas, transportada mediante corrientes de aire, explicó Carneiro.
No obstante, esa humedad en el Amazonas se verá disminuida cuando, por el calentamiento global, suba la temperatura del océano Atlántico y disminuyan los vientos alisios que traen la humedad a la región del Amazonas.
A la falta de vientos alisios se unirán fenómenos como El Niño, que harán decrecer, aún más, la humedad de la zona.
Otro factor de cambio. Carneiro explicó que, entre las muchas alteraciones que conlleva la deforestación, está la de hacer disminuir la humedad atmosférica.
Las plantas, en su metabolismo, absorben dióxido de carbono (el mayor responsable del calentamiento global) y emiten una serie de compuestos orgánicos volátiles que son “semillas de lluvia”. Esos compuestos ascienden a la atmósfera y allí captan moléculas de agua, formándose masas nubosas.
Según Carneiro, el fenómeno contribuye con un 15% en la construcción de las nubes que luego van hasta el sur del continente, en ese ciclo continental interrelacionado a través de las corrientes de aire.
Sin embargo, el aporte de la vegetación para la formación de nubes se ve amenazado por las explotaciones madereras y la agricultura de gran extensión, como el actual cultivo de soya, principales responsables de la deforestación en el Amazonas.
Para Carneiro es necesario conocer y proteger la Amazonia con la intención de que los impactos ambientales mundiales no se hagan irreversibles.
Considerado “el pulmón de la Tierra”, la Amazonia es el bosque húmedo de mayor extensión en todo el mundo.
El descuido ambiental podría poner en peligro todo su valor.