
Uno de los aspectos típicos de la gramática española es el uso de la preposición a delante del complemento directo de personas y aun, en ciertos casos, de cosas. Los extranjeros que estudian nuestro idioma no se explican fácilmente por qué la diferencia entre, por ejemplo, Juan adora la música y Juan adora a su esposa . Complemento directo con a y sin a .
Suele decirse, en general, que deben construirse con a los complementos directos de persona, y sin a los de cosa. Pero no es tan sencillo en la práctica ya que se ha venido dando, en la historia del idioma español, una continua evolución en ese sentido, sin que las gramáticas (incluida la académica) hayan logrado deshacer plenamente el nudo gordiano.
El Diccionario panhispánico de dudas (DPD) aporta, en este tema, aclaraciones y aun novedades.
*Se usa a ante nombres de cosa, cuando son complemento directo de verbos que significan orden lineal o jerárquico, como preceder o seguir , y otros como acompañar, complementar, modificar (en el sentido gramatical de ‘servir de adjunto o complemento’) o sustituir (en el sentido de ‘ocupar el puesto [de otra cosa]’): El otoño precede AL INVIERNO; La calma sigue A LA TEMPESTAD; El adjetivo modifica AL SUSTANTIVO; El aceite sustituye A LA MANTEQUILLA en esta receta.
*Se usa a ante nombres de cosa que designan colectivos formados por personas, del tipo colegio, empresa, comité, consejo, institución, comunidad , etc., cuando el verbo denota una acción que solo puede ejercerse sobre personas, y no sobre cosas: Multaron A LA EMPRESA por realizar vertidos tóxicos; Convocaron A LA COMUNIDAD de vecinos para que tomara la decisión definitiva.
*Es opcional el empleo de la preposición a ante nombres de cosa cuando funcionan como complemento directo de algunos verbos que significan daño o provecho y que se construyen normalmente con un complemento directo de persona: El tabaco perjudica (A) LA SALUD; La humedad afectó (A) LOS CIMIENTOS del edificio.
Volveremos con este importante tema.