
El continente africano es reconocido como el lugar donde la humanidad se originó y evolucionó a lo largo de milenios. Desde ancestros famosos como Lucy, la Australopithecus afarensis cuyos restos fueron desenterrados en Etiopía en 1974, hasta el Niño de Turkana, un fósil de Homo erectus hallado en Kenia en 1984, la evidencia arqueológica ha demostrado una y otra vez que África es la tierra natal no solo de los primeros homínidos, sino también del Homo sapiens moderno, que surgió hace unos 300.000 años y se expandió en oleadas para poblar gran parte de la Tierra.
La historia de los humanos en África no termina con su migración. Muchos se quedaron. Pero se sabe poco sobre lo ocurrido en la época en que surgieron asentamientos permanentes, hace unos 6.000 años, en lugares como Mesopotamia, y luego en China, India y Egipto.
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En parte, esto se debe a que los africanos no se aglomeraron tan estrechamente como en las cunas de las civilizaciones más conocidas. Por ello, es menos probable que los arqueólogos modernos descubran grandes pueblos o ciudades. Otro factor es el comercio de esclavos, que causó una herida de 400 años y provocó el abandono de muchas comunidades.
Eso está cambiando. Recientes avances en la arqueología de África Oriental revelan civilizaciones avanzadas que establecieron relaciones comerciales internacionales y desarrollaron tecnologías poderosas y prácticas durante los últimos 11.700 años, como describe Chapurukha M. Kusimba, arqueólogo de la Universidad del Sur de Florida en Tampa, en el Annual Review of Anthropology de 2024.
Kusimba, quien creció en Kenia y ha regresado regularmente para investigar, afirma que la arqueología de África Oriental evoluciona a medida que más profesionales africanos y más mujeres se incorporan a la disciplina. Knowable Magazine conversó con Kusimba sobre la civilización africana y la práctica de la arqueología en la actualidad, así como sobre las amenazas que enfrenta la investigación.

- ¿De qué pasado trata la arqueología de África Oriental?
“África Oriental es la tierra natal de todos. A veces he bromeado con políticos kenianos diciendo que cualquier persona que entre en Kenia no debería necesitar pasaporte, porque en realidad está volviendo a casa”.
- Al pensar en África Oriental, pensamos en el trabajo de los antropólogos Louis y Mary Leakey sobre los orígenes de la humanidad, y el descubrimiento del homínido Lucy. Pero ¿qué sabemos sobre el auge de la civilización entre los humanos modernos, el Homo sapiens, en África?
“Sabemos muy poco. La mayoría de los arqueólogos define la civilización, en parte, en términos de asentamiento en un lugar, algo que ocurrió en otras zonas a partir de hace unos 6.000 años. Pero en África, ese modelo plantea un problema importante debido a su gran tamaño y a que la población se mantuvo reducida, por lo que era muy difícil tener una masa crítica de personas que se congregaran.
Esto no significa que no hubiera asentamientos. Eso aún se sigue deliberando, porque no contamos con el tipo de investigación intensiva de sitios que se ha hecho en otros lugares. Y es muy difícil hacer estudios, por ejemplo, bajo las dunas del desierto del Sahara. Ese desierto habría sido mucho más habitable durante el húmedo período de la “Sabana Verde”, hace entre 14.500 y 5.000 años, pero es simplemente imposible encontrar sitios bajo esas enormes dunas de arena.
Tenemos conocimiento sobre algunos sitios. Por ejemplo, la gente ya se establecía en conjunto en el año 3000 a. C. en el sitio de Kadero, a orillas del Nilo. Hay evidencia de casas, herramientas de piedra, cerámica y joyas, huesos de personas y animales domesticados.
Pero no pueden competir con Mesopotamia, Egipto o Mesoamérica. El resultado es que, en cualquier libro que enseñe civilización, solo hay una sección muy pequeña dedicada a las civilizaciones subsaharianas".

- ¿Qué sucedía en África mientras Mesopotamia y otras regiones extendían cultivos y construían ciudades?
“Las comunidades africanas parecen haber sido móviles durante mucho más tiempo. Existen pocos sitios de asentamiento a largo plazo. Los lugares bien conservados tienden a ser refugios rocosos que probablemente estuvieron habitados de manera temporal.
No obstante, eran pueblos muy avanzados; comían bien y llevaban vidas sanas. Los pueblos sangoanos de África Oriental y Central tenían tecnologías avanzadas de herramientas de piedra y anzuelos de hueso.
Se tiende a pensar en la Edad de Piedra europea como la primera, la original y la fase más sofisticada en relación con el trabajo de la piedra. Sin embargo, en la actual Etiopía y Kenia hay tecnología de herramientas de piedra que se remonta a hace entre 2,8 y 3 millones de años, antes de que comenzara en Europa.
Las herramientas paleolíticas europeas eran increíblemente sofisticadas, pero la piedra base era relativamente fácil de trabajar; en cambio, la piedra africana es mucho más difícil que la europea".
- ¿Qué pasó cuando finalmente los africanos empezaron a establecerse?
“Los asentamientos permanentes aparecen en África unos 3.000 o 4.000 años después de su aparición en el Cercano Oriente. Hace unos 8.000 años empezamos a ver evidencia más abundante de vida sedentaria en lo que hoy es Kenia occidental, Uganda oriental y la región de los Grandes Lagos africanos. De repente, hace unos 7.000 u 8.000 años, se produce un período de sequía que dura unos 700 años, y es entonces cuando se ve la introducción del ganado de pastoreo.
Los africanos eventualmente llegaron allí, pero no vemos el surgimiento real de liderazgos y sociedades altamente complejas, con una mayor división de la riqueza, en gran parte de África hasta hace unos 2.500 años. Esa división de la riqueza se hace evidente en las diferencias entre los hogares. Algunos tienen objetos exóticos de lugares lejanos y muchos otros no.
Por ejemplo, la ciudad portuaria de Mtwapa, cerca de la actual Mombasa, en Kenia, estuvo habitada entre 1100 y 1750 d. C. Los habitantes adinerados poseían casas de varias habitaciones con marcos de puertas y tejas de coral, plomería interior y pozos; los más pobres vivían en casas de una sola habitación, hechas de barro y madera, con techos de paja o coco. Los adinerados también se reservaban el derecho a los lugares de enterramiento más sagrados, cerca de un sitio religioso clave.
Desde hace unos 2.000 años existían pueblos por toda África Subsahariana, incluyendo el interior y las costas. Sin embargo, muchos asentamientos africanos eran más pequeños en comparación con comunidades similares en otros lugares. Por ejemplo, el asentamiento medieval de Gedi, en la actual Kenia, era enorme para los estándares africanos, pero con sus 48 hectáreas de superficie edificada, era mucho más pequeño que los sitios contemporáneos en India, China o el Cercano Oriente.
Sin embargo, estos sitios fueron construidos y habitados por africanos, no por inmigrantes de otras civilizaciones, porque el 96% de los artefactos como cerámica, metales y cuentas hallados en esas ciudades son de origen local".

Un ejemplo perfecto de una comunidad avanzada sería la región del Gran Zimbabue, habitada aproximadamente entre los siglos XI y XV d. C. Abarcaba unos 50.000 kilómetros cuadrados, incluyendo asentamientos aldeanos tempranos y una ciudad de piedra construida después. Es un lugar asombroso, pero las zonas residenciales se construyeron con barro, piedra y paja, por lo que no se conservaron bien arqueológicamente.
- ¿Cómo interactuaron estas sociedades con el resto del mundo?
“Antes de la esclavitud, los africanos comerciaban con otras culturas. Hemos encontrado cuentas de vidrio y cornalina de origen indio en todos los sitios arqueológicos de África Subsahariana. Los historiadores chinos e indios también describen la presencia de marineros africanos en sus ciudades, por lo que el comercio era bidireccional: los africanos intercambiaban marfil y oro por productos como porcelana china y telas indias.
También se intercambiaban cultivos. El sorgo es un cultivo tradicional africano. Es difícil datar sus orígenes, pero se cultivaba en África desde al menos el cuarto milenio a. C. Y llegó más tarde a India. Mientras tanto, el banano, domesticado por primera vez en el sudeste asiático, llegó a África central hace más de mil años.
Los africanos comerciaban en igualdad de condiciones. Desde al menos el año 800 d. C. hay evidencias claras de que la gente se dedicaba al comercio de marfil, pero comerciaba principalmente con marfil tallado. Esto les permitía pesarlo, clasificarlo y asignarle un valor acorde a su calidad. El marfil tallado también era más fácil de transportar desde el interior del continente hasta los socios comerciales en la costa. Antes del comercio de esclavos, los africanos financiaban y controlaban la industria del marfil y otras industrias.
Alrededor del siglo XVI, cuando comenzó la trata de esclavos, esa evidencia desapareció y se empezó a ver el transporte y la venta de colmillos de marfil enteros y sin procesar. Alrededor de esa época también desapareció la evidencia de industrias como la fundición de hierro y el tejido. La aparición de la esclavitud condujo a la pérdida de control sobre sus propias industrias“.

- ¿Cómo impactó el comercio de esclavos en las civilizaciones africanas?
“Los 400 años de esclavitud tuvieron un efecto enorme en el continente.
Hasta entonces, las comunidades se habían asentado en lugares cómodos, como llanuras y valles. Pero, de repente, desaparecieron. Desde alrededor de la década de 1450 hasta el período colonial, que comenzó en la década de 1870, hemos encontrado poca evidencia de nuevas edificaciones permanentes en el interior de África. ¿Por qué no se construye nada allí? En Tsavo la gente emigró a tierras inhabitables pero defendibles, como laderas y montañas, en busca de seguridad.
A medida que ocurrían estos eventos tierra adentro, empezamos a ver el abandono de las ciudades costeras. Perdieron su suministro de alimentos tierra adentro. Antes de la trata de esclavos, tan solo en Kenia y Somalia existían 250 pueblos prósperos. Al término de los 400 años de esclavitud, quizás menos de 10 de esos pueblos seguían habitados de forma sostenible.
La esclavitud provocó una pérdida de conocimiento, de poder y de memoria. Sin embargo, debemos reconocer la resiliencia de los africanos. Pese al genocidio, siguen en pie".
- ¿Cómo ha cambiado la arqueología de África Oriental a lo largo de su carrera?
“Ahora tengo más de 60 años. En mi época había un puñado de arqueólogos nacidos en África, probablemente menos de cinco. Esta cantidad ha aumentado. Es raro ver un artículo importante sobre África Oriental que no incluya autores africanos.
También, por primera vez tenemos un momento en el que las mujeres pueden dejar una huella real en los temas que desean investigar, por ejemplo, ¿qué papel tuvieron las mujeres africanas prehistóricas en la configuración de estas sociedades? Pero hay partes de África Oriental donde tal vez sea mucho más difícil para las mujeres que lideran una expedición obtener el respeto que tanto merecen y que se han ganado".

- ¿Qué le gustaría que los arqueólogos de África Oriental investigaran?
“Constantemente salimos en las noticias con grandes descubrimientos, pero la mayoría de las veces es información nueva sobre grandes sitios que ya son bien conocidos y estudiados desde el período colonial. No vemos estudios ni descripciones de nuevos sitios, y eso me preocupa.
Muchos sitios que han quedado prácticamente olvidados, pero que merecen atención, son los yacimientos del Homo erectus. El Homo erectus es, anatómicamente, nuestro ancestro directo. Vivió desde hace unos 1,9 millones hasta 110.000 años. A él se le atribuye el aprendizaje del manejo del fuego, lo que pudo haber permitido a su especie abandonar África y habitar otras partes del mundo. Hemos presenciado muchos avances en bioquímica y en el estudio del ADN antiguo, y espero que estas técnicas puedan aplicarse a los sitios vinculados a los Homo erectus para revelar más de lo que sabemos ahora. Sin embargo, su rápida destrucción en Kenia es alarmante".
- ¿Qué sitios se han perdido o están en riesgo?
“Nos enfrentamos al crecimiento demográfico. Cuando era joven, la población de Kenia era de unos ocho millones y ahora supera los 55 millones. Ha habido explosiones demográficas similares en Tanzania, Uganda, Ruanda, Burundi y Etiopía. Estas personas deben vivir en algún lugar. Se mudan a nuevas zonas donde están menos implicadas emocionalmente con las historias locales; destruyen sitios arqueológicos que albergan las historias y el conocimiento sagrado de los antiguos residentes.
Así hemos perdido muchos sitios urbanos a lo largo de la costa este de África. Los arqueólogos debemos comunicar mejor su importancia, y estas naciones deben gestionar mejor los sitios patrimoniales".
Este artículo apareció originalmente en Knowable en español, una publicación sin ánimo de lucro dedicada a poner el conocimiento científico al alcance de todos. Suscríbase al boletín de Knowable en español.